Esta mañana trabajé un par de horas. Había decidido ir a una marcha de los partidos de izquierda, pero decidí venirme a «casa» a escribir. Sin embargo, no estoy en buenas condiciones de hacerlo. Hay mucho polen en el aire y las vías respiratorias son obstruidas. La cabeza se pone pesada y da mucho sueño. Hace unos días que la concentración de polen es alta, debido al aumento de radiación solar y el consiguiente aumento de calor. Los árboles y arbustos empiezan a adornarse de flores. Es la época más bella del año en Suecia. Ya la Hepática Nobilis no está sola (VER).
Estos últimos días he estado reflexionando mucho sobre la ignorancia fatal de algunas personas, de sus mezquindad, su egoísmo y su interés por aprovecharse de la buena voluntad de los demás. Hay mujeres muy astutas, por ejemplo, que planifican la forma de sacar provecho de cualquier situación que se les presente para conseguir objetivos económicos. Algunas de estas mujeres logran embaucar a hombres que pueden tener una posición económica más o menos aceptable; se unen a ellos y se embarazan, sin solicitarlo de los padres. Luego, una vez logrado ese objetivo, utilizan al hijo o la hija para presionar y obtener ayuda económica. En casos extremos el parir un hijo implica obtener permiso de residencia en un país europeo, lo que no es fácil conseguir de otra manera. Lo peor de todo es que después de separarse -lo que ya estaba predeterminado por ella- se le niega o se le dificulta al padre el contacto con el hijo. También se recurre a la manipulación para lograr que el hijo repudie a su padre y le diga que no desea ver a su padre, a pesar de haber pasado unas horas muy felices juntos la última vez que se vieron.
Conozco un caso muy de cerca, que describiré en otro artículo. Se trata justamente de un asunto muy grave, porque incluye la violación de derechos humanos de los padres que desean tener contacto con su hijos, derechos que están protegidos por las leyes de casi todos los países del mundo. El egoísmo y la maldad a veces pueden mucho más que todas las leyes. Se castiga a los padres, pero sin darse cuenta también se castiga a los hijos que algún día quisieran saber quién era su padre y haber recibido de éste los consejos que muchas veces necesitaron o necesitarán.
He vuelto a leer un poco más de El Hijo del Salitre. Ayer oí el discurso completo del presidente Chávez con ocasión de la firma de la Nueva Ley del trabajo en Venezuela, una ley que se debería haber promulgado hace varios años. Pero cuando se pretende transformar toda la estructura de la sociedad no se puede hacer todo al mismo tiempo ni en forma precipitada. La nueva ley significa Justicia Social, como el mismo presidente ha escrito junto a su firma. La historia que se narra en el libro que estoy leyendo tiene mucho que ver justamente con las condiciones en las que los obreros han trabajado durante siglos. Los abusos por parte de los patronos han disminuido gracias a las conquistas sociales que ha costado mucha sangre. Pero aún hay mucho camino por recorrer, muchos cambios que hacer. Los países latinoamericanos están atrasados en legislación de temas relacionados con el Trabajo. Algunos artículos de la ley venezolana aún no alcanzan el nivel de los beneficios que se obtienen en Suecia, por ejemplo. Tal es el caso del permiso prenatal y postnatal, que en Suecia es de casi dos años, en total. Otros artículos, sin embargo, son más avanzados que en Europa.