Fotografías tomadas durante una de las lecciones de hoy por la mañana. Ha nevado durante varios días y las temperaturas han oscilado entre 2 y 10 grados bajo cero. Hoy la temperatura es alta, solo dos grados. Contra viento y marea es el dicho clásico. Las lecciones de conducción en Suecia son, sin embargo, contra cualquier estado atmosférico. Por solitarias carreteras o en sitios con mucho tráfico, la nieve está presente en todas partes cuando es invierno.
Un descuido y el vehículo puede salirse del camino, si el alumno no está bien preparado para conducir en terreno resbaladizo a alta velocidad. Lo peor es si es otro conductor quien comete un error y su vehículo se desplaza hacia nuestra parte de la calzada. Se necesita mucha destreza, seguridad y decisión para tomar la medida más adecuada, de acuerdo al espacio disponible, a la cercanía de otros vehículos, a su velocidad y la propia velocidad. Luego hay que tener en cuenta el nivel de aprendizaje en el que se encuentra el alumno o la alumna. Muchas veces es necesario saber cómo piensan y qué rápidos son en reaccionar ante una situación inesperada.
La visibilidad empeora cuando está muy nublado, nieva o llueve. Y otra característica muy especial para Suecia hace la conducción más peligrosa: en los lugares con menos población pueda haber alces, corzos y otros animales silvestres que pueden cruzar las carreteras. La cantidad de accidentes con animales silvestres es cerca de 40 000 al año. Cada quince minutos ocurre uno de estos accidentes. La mayoría de ellos son, sin embargo, de poca gravedad pero ocasionan daños materiales.
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