Antes que nada, debo repetir que respeto todas las creencias religiosas, aunque no esté de acuerdo con los postulados de ninguna religión. Respeto, al mismo tiempo, la crencia de que exista otra vida después de la muerte, aunque no comparto en absoluto esa idea. Así como respeto otras ideas religiosas, filosóficas o políticas, agradezco que se respete las mías. No acepto la imposición de ideas ni pretendo imponer las mías. Pero considero importante y necesario entablar debates o conversaciones en los que se presenten los argumentos que apoyen los diversos enunciados teóricos, permitiendo un acercamiento a lo más real. No se puede negar esa posibilidad porque toda la humanidad tiene derecho a obtener los conocimientos necesarios para acercarse lo más posible a la verdad, lo que nunca se debe temer. Por otra parte, siempre hay posibilidad de retractarse y cambiar de opinión si se descubre que los argumentos propios no tienen base o fundamento sustentable. Cada persona puede evolucionar cuando tiene ante sí nuevas ideas que son capaces de cambiar otras anteriores. Eso lo experimenté en mi propia persona, desde que era muchacho. Por mucho tiempo me mantuve aferrado a ideas que había obtenido de mi entorno y de una educación extremadamente religiosa, hasta el punto de desear fervientemente ser sacerdote de la Iglesia Católica. Con el paso de los años entré en contacto con muchas personas que opinaban en forma muy distinta a la mía. Recuerdo que mantuve fuertes discusiones con muchos amigos, defendiendo la existencia de Dios, por ejemplo. Mi sed de saber me empujó a leer cientos y tal vez hasta miles de libros y revistas de distintos temas, fundamentalmente de tipo científico. La experiencia de trabajo desde la niñez y el vivir en distintos medios y países también contribuyó en mi evolución intelectual. El exilio contribuyó a fortalecer mi forma de pensar, hasta llegar a mi actual nivel de conocimientos y capacidad de raciocinio.
He escrito muchos artículos relacionados con la muerte y he llegado a escribir una ODA A LA MUERTE en este mismo blog. No le tengo miedo a la muerte y considero que nadie debe temerla. Cuando llegue el momento de morir debemos aceptarla. Así de simple. Eso no significa que debemos desear la muerte, menos aún que la busquemos. Llegará cuando llegue, sin llamarla ni invocarla. Para algunos será una liberación. Para otros será una derrota. Pero esa visión de lo uno o lo otro no durará más de un segundo, el último segundo de conciencia previo a la oscuridad total.
Nuestros antepasados tenían temor no sólo de la muerte. Ellos temían a todo lo que fuera desconocido o que no tuviera explicación. Los dirigía más que nada su instinto animal, no su capacidad de raciocinio. No estaban en condiciones de razonar porque apenas sí podían pensar. Sus conocimientos eran similares a los de cualquier otra especie animal, con la diferencia de que su cerebro fue creciendo y su cuerpo se fue adaptando a los cambios del medio y la necesidad de sobrevivir, en una forma más diferenciada que el resto de los animales. Fue un proceso que tardó millones de años. Primero se produjo su evolución biológica y muy posteriormente su evolución intelectual. Al comienzo, para comunicarse no había lenguaje sino sonidos que poco o nada significaban o que expresaban su temor o la satisfacción de alguna necesidad fisiológica. Recién hace unos pocos miles de años aprendieron a comunicarse con palabras muy sencillas que lentamente dieron origen a otras nuevas. La escritura tardaría aún más tiempo en ser inventada, en forma de puntos, líneas o figuras sencillas que representaban animales, árboles o ideas. Un lenguaje más o menos estructurado fue tomando forma mucho después. Sería de gran utilidad leer algunos artículos o ensayos sobre el origen del lenguaje. He aquí algunos:
PRIMERAS FORMAS DE COMUNICACIÓN DE LA ESPECIE HUMANA
EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE Y LA ESCRITURA
Con y sin lenguaje, los seres humanos mantuvieron muchos temores. Al principio le temían a todos los fenómenos meteorológicos como el viento y la lluvia. También le temían al sol y a la oscuridad; a los animales salvajes e incluso a otros seres humanos que tuvieran alguna característica que los hiciera ver como superiores, más fuertes o más salvajes y agresivos. Fue así como fueron surgiendo las leyendas, en base a la suposición de que todo lo peligroso o «superior» eran divinidades, gigantes o seres inmortales a los que se debía rendir tributos o sacrificios. Fue así como fue surgiendo el temor a la «ira» de los dioses, a los que se debía satisfacer para que no hicieran daño. Es en esa forma como se ha heredado el «temor a Dios» en muchas religiones que aún hoy en día se siguen inculcando entre sus feligreses.
Las historias y leyendas sobre la muerte y el destino de los humanos después de la muerte son innumerables. Desde los orígenes de las primeras civilizaciones se conoce la tendencia de los humanos a intentar perpetuar a sus padres o parientes. El dolor de perder a un ser querido fomenta el deseo de que nunca se vaya, que permanezca en vida de alguna forma. Los que viven quieren permanecer, no morir. Por eso los faraones tenían la costumbre de construir grandes pirámides para conservar sus cuerpos cuando muriesen. Cuando los reyes egipcios morían se los embalzamaba y luego se los depositaba en sarcófagos, en un lugar estratégicamente elegido para que el cadáver recibiera la luz solar. En su entorno se dejaba muchos enseres y alimentos para que pudieran sobrevivir o para que se usaran cuando volvieran a la vida. Uno de los emperadores chinos fue sepultado junto a miles de figuras que representaban a sus guerreros, con sus caballos, para que pudiera seguir teniendo tropas a su mando, posiblemente con la idea de que éste pudiera volver a la vida.
En casi todas las culturas antiguas se veneraba a los muertos y se intentaba conservar los cadáveres humanos, lo que se ha heredado por todas las sociedades de la actualidad. Por eso hay tumbas y cementerios que ocupan enormes áreas que cuestan mucho dinero mantener y contaminan el medio. Recomiendo leer algunas páginas web o blogs que se refieren a este problema:
LA CONTAMINACIÓN PRODUCIDA POR LOS CEMENTERIOS
MORIR CONTAMINA EL MEDIO AMBIENTE
CEMENTERIOS, FOCOS DE CONTAMINACIÓN
Primer artículo sobre el tema de la muerte y los cementerios. Recomiendo leer la continuación, dentro de poco.