Hace un par de días empezó a hacer calor en Suecia. Ayer fue demasiado para quienes estamos acostumbrados a temperaturas bajas durante la mayor parte del año. Tal vez no fueron más de 25 grados centígrados, mucho menos que las temperaturas de otras ciudades europeas o de otros continentes. Pero se siente mucho más y de golpe, como algo inesperado. Por ese motivo, nos sentimos agobiados y aletargados. Molesta la ropa, indiferentemente de qué tipo de tela está confeccionada. Es más difícil pensar y tomar decisiones acertadas. Mucha gente conduce en forma más agresiva que de costumbre y los que están practicando se enfrentan a mayores peligros a causa de eso. Además, por las carreteras suecas circulan muchos vehículos de otros países o vehículos suecos conducidos por extranjeros que tienen muy mala preparación, que no entienden ni les importan las reglas de tráfico suecas. Los accidentes son más frecuentes a causa de esos conductores extranjeros. Un colega fue chocado por detrás en un semáforo hace una semana. El vehículo al taller, con con toda la parte trasera hundida, grandes pérdidas para la auto-escuela. La alumna y su profesor sufrieron dolores en la cabeza y en la espalda pero después de un examen médico no se constataron heridas graves, afortunadamente.
En mi caso, me ha sido difícil combinar mi trabajo con la mudanza. He empezado a trasladar mis cosas a un nuevo local y vivienda. Toda mudanza tiene sus complicaciones y dificultades, alquilar vehículo grande o remolque, llenar cajas, desarmar muebles y volver a armarlos. La mayor parte de mis muebles y equipos fueron trasladados hace una semana, con la ayuda de una de mis hijas y su hermano. Pero lo más pesado lo he cambiado yo solo, hoy. Luego hay que dejar limpio el local que se debe entregar, reparar posibles desgastes, etc. No es una tarea fácil.
Cambios, mudanzas, lecciones de la mañana a la noche, recorriendo todo Sollentuna, todas sus calles y autopistas; conociendo cada día nuevas personas venidas de toda Europa y de otros continentes. Cada día nuevas esperanzas y nuevos desafíos, contrastes entre muchas culturas distintas. Esta mañana con una nueva alumna de Bosnia, ex directora de una universidad en su país, ahora trabajando como profesora de enseñanza media en Suecia. Mañana un ingeniero norteamericano. Y así toda la semana, nuevos alumnos, nuevos proveedores de conocimientos de distintos países. No importa de donde vienen ni como piensan. A todos se les ayuda con esmeración y respeto. La mayoría quedan muy agradecidos por la ayuda profesional.
A continuación, algunas vistas de Sollentuna:
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