¿CALENTAMIENTO GLOBAL? ¿EVOLUCIÓN NORMAL O DESTRUCCIÓN CAUSADA POR EL SER HUMANO? PRIMERA PARTE.

El título de esta entrada sólo quería llamar su atención. No se trata únicamente del calentamiento global sino de algo más…

Muchos de los vaticinios sobre lo que es llamado calentamiento global se están cumpliendo, aunque hay muchas hipótesis sobre su causas. El hecho es que este verano europeo (y de otros continentes) parece ser el más caluroso desde hace más de un siglo. En Estocolmo, por ejemplo, ha habido temperaturas altas durante varios días, de hasta 33 grados centígrados. Da la impresión de que estamos en otro país. El calor se hace insoportable en recintos cerrados y en muchos sitios huele mal, por falta de ventilación. No hay suficientes sistemas de aire acondicionado como los que existen en países cálidos y se recurre a abrir ventanas o poner ventiladores. El invierno fue muy suave y la primavera también fue más calurosa que lo normal. No hay costumbre de que haga tanto calor en este país nórdico.

Las calles de la periferia del Gran Estocolmo tienen poco tráfico, porque una gran parte de la población tiene vacaciones y muchos veraneantes viajan al extranjero o a otras ciudades. Es verdad que también hay muchos turistas pero éstos nunca superan o igualan la ausencia de los veraneantes suecos. Los turistas frecuentan los lugares más atractivos de Estocolmo y otras ciudades, especialmente sus cascos centrales. Es un torbellino de extranjeros venidos de todo el orbe, aunque la mayor cantidad de ellos vienen de países asiáticos. En las aceras, bares y tiendas se oyen distintos idiomas; es una especie de Torre de Babel moderna, que no impide comunicarse a todos los seres que pululan por todas las plazas, galerías comerciales, parques y museos.

Ver todo esto y pensar en lo que sucede en el mundo, con muchos confllictos armados, repetidas catástrofes naturales (aunque no tan naturales para muchos científicos), accidentes de todo tipo, miles de muertos al día, con un promedio de dos fallecimientos por segundo -lo que nos da 120 muertos por hora- nos hace pensar que estamos a las puertas de una especie de Apocalipsis. Quizás la cantidad de muertos al día parezca dar la razón a muchos teóricos religiosos, pero debemos entender que esa cantidad de fallecidos es porcentualmente mínima si tenemos en cuenta la población actual del planeta que es de más de 7000 millones de personas. Y he aquí que nos enfrentamos a dos problemas que se contraponen uno a otro. Por una parte tenemos una cantidad de muertes que no se justifica sea tan alta, puesto que la gran mayoría de las víctimas son seres humanos en plenitud de su vida. Muchos de ellos ni siquiera han alcanzado a desarrollarse, mueren simplemente porque les caen bombas lanzadas por irracionales verdugos. Por otra parte, la población aumenta en forma desmesurada, lo que limita las posibilidades de todos de satisfacer sus necesidades básicas. Las familias que más tienen descendencia son las más pobres, y en los países más pobres, lo que aumenta la pobreza y las desigualdades en la sociedad. Si bien es cierto, el planeta tiene recursos suficientes para alimentar a una población mucho mayor que la actual, éstos son limitados y va a llegar el momento en que sea imposible que sobrevivan todos. Por lo tanto es necesario, ahora más que nunca, que se haga un debido programa de control de natalidad, sin que religión alguna interfiera negativamente, como ha sucedido muchas veces. Una de las religiones que más se ha opuesto al control de la natalidad es la Iglesia Católica.

Somos todos integrantes de un universo, ubicados en casi todos los rincones del planeta. Hablamos distintos idiomas, tenemos distintas religiones y hemos heredado distintas costumbres. La mayor parte de nosotros pertenece a mezclas de distintas etnias pero hay muchas de éstas que permanecen prácticamente intactas en Asia y Africa.  En países como Alemania y Rusia en Europa, China y Bandladesh en Asia y de Angola o Etiopía en Africa, se conservan muchas etnias en varios millones de individuos de cada una. Las mezclas de diversas etnias es mayor en América (me refiero a todo el continente americano). Pequeños grupos étnicos conservan sus características en el continente americano, especialmente en las zonas selváticas de la Amazonía. También hay pequeños grupos étnicos en otros continentes. Sin embargo, indiferentemente de la etnia a la que se pertenezca, tenemos características comunes, aunque nuestros comportamientos sean muy distintos, no tanto por las características físicas sino por las costumbres. Esto último es normal, puesto que las diferencias en nuestra conducta se manifiestan incluso en una misma familia. Cada uno de nosotros es un universo separado del resto. Pertenecemos a un universo terrenal y al mismo tiempo en nuestros organismos hay universos en los que habitan aún mayor cantidad de seres que humanos en el planeta.

Cuando somos atacados por una enfermedad, es porque se recrudece una lucha constante por la supervivencia de más de 100 billones de seres que viven en nuestro interior (en algunas fuentes se menciona la cifra de 100 trillones). Los microorganismos que nos habitan son de distinta naturaleza, de los cuales una gran parte son bacterias (entre 10 billones y mil billones, diferente para cada organismo humano), que viven en forma simbiótica con nosotros. Estas bacterias nos necesitan y nosotros las necesitamos. Por lo tanto, nos ayudamos mutuamente para sobrevivir. Pero también estamos habitados por virus, hongos y diversos protozoos. La cantidad de especies de microorganismos que viven en nuestro interior son más de 10.000. Cuando estamos sanos hay un equilibrio relativo entre los microorganismos y nuestras células y sistemas de defensa, alimentación, musculares, fisiológicos, etc. Pero por distintas causas ese equilibrio se rompe muchas veces y es donde una parte de los microorganismos se multiplican en forma descontrolada, lo que hace aumentar nuestras defensas. Éstas logran restablecer el equilibrio en la gran mayoría de los casos, pero a veces no logran detener las invasiones de nuevos microorganismos o el excesivo aumento de microogranismos que normalmente nos ayudan. Nuestras propias defensas y nuestras células pueden volverse en contra nuestra, también a causa de muchos factores externos e internos, pero en mayor medida cuando nosotros hemos contribuido, voluntaria o involuntariamente, a romper el equilibrio.

Más o menos, es lo mismo que ocurre en las sociedades humanas, en las que muchos pueblos pueden convivir y ayudarse mutuamente durante mucho tiempo. Pero distintos factores pueden romper el equilibrio y transformar a viejos amigos en enemigos mortales. Uno de los ejemplos es la convivencia tranquila que había entre los pueblos de la ex Yugoslavia, que lideró Josip Broz Tito, durante varios decenios (entre 1963 y 1992). Si bien existían problemas entre las distintas etnias de la Fereración Yugoslava, la vida se desarrollaba en forma tranquila y todos tenían garantizada la paz y una relativa justicia. Sin embargo, cuando factores externos incentivaron los nacionalismos y el odio, antiguos amigos (muchas veces emparentados por matrimonios y con hijos de dos o más etnias) se fueron distanciando hasta odiarse a muerte y llegar a matarse, como lo hicieron posteriormente, alentados, entre otras injerencias externas, por los ataques de las fuerzas de la OTAN, dirigida en esa época por el espanol, Javier Solana.

Otro de los ejemplos es la actual guerra civil en Ucrania, también provocada por los mismos factores externos, la injerencia de Estados Unidos y la Unión Europea, interesados en aislar militar y económicamente a Rusia para poder aniquilarla y así garantizar su hegemonía de occidente. Una vez fracasadas las mal llamadas revoluciones naranja, se incentivó y financió un golpe de estado de corte fascista que posibilitó la subida al poder de un magnate, ansioso de poder (y de mayores ganancias gracias a muy buenos negocios con empresas multinacionales). Ya antes de la subida al poder del rico comerciante Petró Poroshenko, se dictaron normas discriminatrorias contra las minorías étnicas de origen ruso, lo que provocó las protestas de esos grupos, llegando a lograr la independencia de Crimea, que pidió ser anexada a la Feredación Rusa. Las protestas se extendieron también a otras regiones, como Lugansk y Donetsk, que en referendos decidieron la independencia, con el apoyo de más del 90% de la población. La respuesta del gobierno de Kiev ha sido declarar una guerra total de exterminio y es ahí donte están las cosas actualmente. Muchos conflictos bélicos han estado a punto de desencadenar una Tercera Guerra Mundial. Lamentablemente, el actual conflicto de Ucrania puede transformarse en el detonante de esa nueva Gran Guerra. Las consecuencias pueden ser imprevisibles, Todo el planeta se puede ver arrastrado a un conflicto internacional o sufrir las consecuencias de un cataclismo ocasionado por armas nucleares, químicas y de todas las formas imaginables. La destrucción de ciudades enteras o de países enteros puede ir acompañada de peligrosas epidemias. Toda la economía se estancaría y los países que pudieran mantenerse más o menos estables sufriríann enormes retrocesos en todos los campos. Es posible que algunas regiones se vuelvan inhóspitas o retrocedan a niveles de desarrollo inferiores a los de la Edad Media. El caos imperaría en muchos países y nadie podría tener garantizada su vida ni sus derechos. Naturalmente, quienes poseen riquezas, tierras y todo tipo de bienes, tendrán mayores posibilidades de sobrevivir, para lo cual pueden transformarse en los peores explotadores que puedan haber existido nunca sobre la Tierra. Pasarían muchas generaciones y los restos de la civilización actual formarían nuevas sociedades y continuaría exitiendo la desigualdad. Sería una nueva etapa, en la que los poderosos seguirían aprovechándose de los más débiles. Sería el triunfo del mal sobre el bien y no sería de extrañar que todo lo que hicieren fuese santificado por una cruz, como símbolo de la paz. Es la cruz que hay en muchas banderas, como las escandinavas. Es la cruz que llevan las coronas de los reyes y los escudos de los estados monárquicos, que asocian la religión con el poder.

¿Cómo se comportaría la naturaleza en ese nuevo mundo de agonía social? Todo dependerá de en qué modo las últimas batallas entre las potencias se lleven a cabo. Es posible que la cantidad se bombas que se utilice contaminen toda o la mayor parte de la superficie terrestre y su atmósfera. Pero también es posible que la contaminación se limite a un hemisferio o a unos tres continentes. El cambio climático continuará y la vida será más fácil en unas regiones que en otras. Cómo se adaptarán los seres humanos a las nuevas condiciones va a depender de su actual capacidad de defensa y de sus recursos económicos. Todo está estudiado y bien planificado con mucha antelación. Las cúpulas de las clases sociales de los magnates fabricantes de armas, banqueros, dueños de medios de comunicación, de laboratorios farmacéuticos y de todo tipo de bienes necesarios, valiéndose de la más alta tecnología cibernética, ya tienen preparados sus bunkers subterráneos, las modernas «arcas de Noé». Esos bunkers están esparcidos en muchos países, aunque la mayoría están ubicados en Estados Unidos (Ver vídeo). En esa forma, si hubiera una conflagración mundial y el planeta fuera contaminado con radiactividad y/o potentes gérmenes, los habitantes de esos refugios subterráneos podrían reploblar algunas regiones, puesto que podrían esperar mucho tiempo antes de salir de los refugios y hacer las pruebas correspondientes del entorno para asgurarse de que ya no habrá peligro para su salud. En esa forma podrían expandirse hacia otras regiones y dominar a otros posibles supervivientes. La naturaleza se adaptaría a las nuevas condiciones y después de unos decenios o siglos podría llegar a ser normal. La vida no se extinguiría completamente en ningún caso. Siempre habrá formas de volver a organizarse aunque serán los ricos los que mayor provecho sacarán de todo.

Así como el organismo humano se restablece de una enfermedad, la sociedad humana se podrá restablecer de un cataclismo. Cada universo se transforma, por muy grande o pequeño que sea, aunque incluso el tamaño de un universo es algo relativo. Cada día nacen nuevas estrellas y se desintegran otras, en el enorme espacio galáctico. Es lo mismo que ocurre en nuestro entorno.

FIN DE LA PRIMERA PARTE. SEGUNDA PARTE, PRONTO, SI ANTES NO HA ESTALLADO LA NUEVA GRAN GUERRA Y TODAS LAS COMUNICACIONES, INCLUYENDO INTERNET, SEAN INTERRUMPIDAS.

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