Siempre me ha gustado estar solo el último día del año. Para mí este día es de reflexión, de retrospección. También es una mirada hacia el futuro, suponiendo lo que puede acontecer, de esperanza y desconfianza al mismo tiempo. El mundo está tan revuelto como siempre lo ha estado; las distintas formas de gobernar se van sucediendo, algunas civilizaciones mueren después de algunos siglos o milenios. Vuelven a nacer otras y parece que el destino del ser humano es siempre estar oprimido por una casta, por una clase social, aunque en la actualidad todo es muy confuso pues han surgido nuevas clases y subclases. Todas esas clases de trabajadores y las supuestas clases medias son dominadas por la clase alta, de una u otra forma, aunque son pocos los que se dan cuenta de eso. La opresión permite las desigualdades, la pobreza, la miseria humana, no sólo en lo que respecta a lo económico, a lo físico, sino también a lo moral. En todas parte es el dinero el que manda. Y la mejor forma de aumentar las riquezas es la especulación, la manipulación de los consumidores, las intrigas, la corrupción. El ser humano está enceguecido por el deseo de enriquecerse, de obtener más poder. A través del poder se logra mayor enriquecimiento, lo que implica aún más poder. Y se puede comprar o expandir los medios de comunicación con los que se puede aumentar más aún el poder de manipulación. Es una espiral que nunca se interrumpe, sigue ascendiendo, aniquilando todas las fuerzas que se oponen a ella.
La codicia y el egoísmo lleva a la clase económicamente dominante (debemos también decir política y militarmente) a perpetrar los más viles atentados contra los derechos del ser humano. Desde los asesinatos a grupos de personas o de líderes que puedan convertirse en una amenaza para sus intereses hasta los bloqueos económicos y sanciones de toda índole contra otros países. Su gran poder hegemónico le permite a la élite de esa clase alta formar alianzas con otros países e influenciarlos para llevar a cabo sus planes de expansión territorial y seguir apoderándose de las riquezas naturales en todos los continentes. Se desestabilizan sistemas de gobierno que no obedecen a sus designios, se financia a partidos de oposición y a grupos de terroristas que provocan guerras civiles o preparación de golpes de estado, se planfifican sabotajes a sus economías, se las intenta estrangular con medidas económicas y se utiliza la mentira y las amenazas para bajar la popularidad de los gobernantes que desean mantener o ampliar la independencia y soberanía de sus países. La meta final es destruir cualquier tipo de gobierno que se niegue a someterse a los dictados del Imperio.
A la sombra de los acontecimientos provocados por la clase burguesa mundial nacen cada día más grupos terroristas, a favor o en contra de esa clase. Los representantes de la élite política de la clase burguesa occidental (Estados Unidos y los países de la UE) fomentan y financian esos grupos, en forma directa o indirecta, a través de aliados en países árabes, como es el caso de Arabia Saudita. Luego se presentan como los salvadores y luchan contra esos terroristas. Pero nunca los aniquilan. Es como una especie de juego, un saludo para las galerías de un estadio, un show macabro en el que mueren cientos de miles de inocentes y se provocan desplazamientos migratorios que otorgan jugosas ganancias a los contrabandistas y traficantes de humanos.
Algunas tácticas satánicas se repiten continuamente. Si nos remontamos a 1898 y a la voladura del buque Maine (VER) y al ataque a Pearl Harbor (VER), pasando por el ataque a las Torres Gemelas (VER VÍDEO) llegamos al atentado contra el avión malasio en Ucrania (VER1, VER 2). Hay muchos ejemplos de cómo los militares o agencias de espionaje como la CIA, el Mossad y otras, han llevado a cabo atentados terroristas de los que que luego han culpado a otros países o grupos de resistencia. También se han llevado a cabo atentados cybernéticos y el último más importante es el supuesto ataque de Corea del Norte contra Sony por la difusión de la película Interview. Estados Unidos acusó a Corea del Norte del ataque, algo que ese país ha negado. Incluso se ha ofrecido a ayudar en la investigación del ataque, lo que ha sido rechazado por el país policía mundial (VER). En este caso hay una causa supuesta y dos consecuencias importantes. La causa puede ser el rechazo de Corea del Norte a una película en la que se simula un atentado contra el presidente Kim Jong. La primera consecuencia es de carácter político. Se acusa y ridiculiza al gobierno de Corea del Norte, con lo que se obtiene un rechazo a nivel mundial contra el país asiático. La otra consecuencia es económica: Sony recauda unas ganancias enormes que habrían sido imposibles si no se hubiera llevado a cabo el atentado o autoatentado (VER).
Particularmente, no soy defensor del presidente norcoreano. No me gustan las dinastías de ninguna índole y menos si se supone que Corea del Norte es un país socialista o comunista. No sé si se puede demostrar que el gobierno norcoreano financió u ordenó el ataque. Pero no estoy de acuerdo con que se simule un atentado contra un presidente en funciones. No considero correcto simular un atentado contra Kim Jong ni contra Mariano Rajoy o Barack Obama. En tal caso, estoy de acuerdo con que el gobierno de Corea del Norte se pronuncie en contra de la difusión y estreno de la película. Pero nunca estaría de acuerdo con un atentado contra la empresa cinematográfica. Cabe preguntarse ahora si realmente existió un atentado cybernético contra Sony o si fue un autoatentado, previendo las consecuencias políticas y económicas. Todo eso pudo ser muy bien orquestado por el gobierno norteamericano y la empresa nipona.
Ya se ha celebrado el Año Nuevo en algunos países. En Suecia falta menos de media hora. Seguiré escribiendo manana, en esta misma entrada. Aún no he escrito lo que había pensado escribir. Es así cuando se intenta escribir algo, nuevos temas van apareciendo y desplazan a los planificados de antemano.
abcnestor 