No sé si puedo ser catalogado como sonámbulo, cuando me levanto por la noche y me pongo a escribir. Después de haber dormido algunas horas despierto como si ya hubiera dormido toda la noche y siento la necesidad de hacer algo. No se trata de que me levante dormido, yo diría que semidormido, porque me siento con mucha energía pero al mismo tiempo siento peso en los ojos. Es una condición indefinida, incongruente, difícil de explicar. El vivir solo es una ventaja porque no molesto a otras personas al levantarme. Porque no es sólo levantarme. Necesito música o ver (u oír) algo en la televisión a través de Internet. Necesito abrir la nevera, comer una fruta o beber algo. Todos esos ruidos podrían provocar irritación; lo recuerdo de anteriores relaciones de hace muchos años.
Llevo varios días tecleando y tecleando casi sin parar, preparando un plan de estudios para la Dirección de Tráfico sueca (Transportsstyrelsen). Es una exigencia para poder abrir nuevamente mi propia auto-escuela. Es algo que hice hace muchos años pero los archivos desaparecieron y como se trata de una nueva auto-escuela se debe preparar un nuevo plan. El mencionado plan debe contener todo lo que un aspirante a chofer debe saber en Suecia antes de dar su examen de conductor. Es una de las tantas trabas burocráticas del sistema. Cada auto-escuela debe tener su propio plan pero la mayoría de ellas lo han copiado de otras. Ninguno es original. Muchos de los planes que he visto se parecen al que yo tuve hace muchos años atrás, antes de cerrar la que tuve durante más de veinte años. Ahora que hago un plan original (aunque muchos puntos coinciden con otros planes) de 34 páginas (normalmente lo son de sólo unas 10 o 15 páginas) lo he tenido que enviar tres veces a la Dirección de Tráfico para su aprobación. Probablemente lo aprobarán a la cuarta vez. Lo absurdo es que esos planes son imposibles de llevar a cabo y ninguna auto-escuela los aplica debidamente. Pero es un requisito indispensable y hay que cumplir. La preparación de mi plan de estudios ocupa casi todo mi tiempo libre, que es muy escaso. Por eso no hay tiempo para escribir en los blogger ni leer lo suficiente en internet ni libros que parecen quejarse de mí cuando paso por delante de la estantería llena de obras literarias o ciencias que sólo acumulan polvo.
Son las 02:20 de la mañana en este 15 de junio. Esta entrada la publicaré después de algunos días porque iré escribiendo de a poco, cuando pueda dedicarle unos minutos. Tal vez nunca la publique y quedará como tantas otras, olvidada en un archivo del programa.
Mientras escribo disfruto de una infusión de albahaca y miel. Los ojos se me cierran un poco pero una parte de mí quiere comunicarse conmigo mismo en el futuro o con mis lectores más fieles y otros no tan fieles. Lo importante es intentar la comunicación, como lo hago siempre. En el último tiempo han pasado muchas cosas nuevas en mi vida. Hace unas dos semanas, por ejemplo, me reuní con un hermano al que no había visto en 41 años. Ese mismo día también me reuní con uno de mis hijos, al que no veía desde hace unos 10 años o más. En ambos casos se había producido un distanciamiento a causa de hechos o ciscunstancias que había herido nuestro orgullo. Lo curioso es que ese distanciamiento se había producido por influencias externas, por otras personas. Ahora todo está bien entre nosotros y ya no existen las barreras que antes nos separaron. Físicamente no me será posible volver a ver a mi hermano durante mucho tiempo pues él vive en Chile. A mi hijo me será más fácil ver porque vivimos en la misma ciudad. Pero él es como yo, trabaja casi las 24 horas al día en su propia empresa. Mi hermano estaba acompañado de su esposa, a quien yo no conocía. Mi hijo estaba acompañado de su novia, a quien yo no tampoco había visto antes. A mí me acompañaba mi hija V. También estuvieron presentes mi hija mayor -con quien no tengo muy buena relación pero ese día hubo buena comunicación- y el amigo de una ex esposa mía. Todos disfrutamos de una tarde con algo de sol y viento, contrastando con anteriores días de lluvia.
El encuentro con parte de mi familia me produjo un gran sensación de bienestar. A pesar de haber sido tanto tiempo de distancia yo no sentí emoción alguna. Sé que mi hermano estaba emocionado. De mi hijo, no sé, porque es muy reservado. Yo me alegré, por supuesto y me sentí bien al pasear con ellos en la Torre de Telecomunicación de Estocolmo (Kaknästornet) y luego en la Ciudad Vieja (Gamla Stan). Pero soy incapaz de sentir emociones de alegría. Soy más propenso a emocionarme por cosas que duelen, como la muerte de alguien querido o de alguna persona importante en la lucha de los pueblos por lograr la justicia social. Entiendo que la gente se emocione cuando sus equipos favoritos ganan en un deporte, especialmente si se trata de competiciones internacionales. Pero yo jamás podría emocionarme en tales casos. Lo mismo ocurre si me encuentro con gente a la que estimo o quiero. Me alegro, pero no siento emociones. ¿Es un defecto o una caracterísica ventajosa? No lo sé. Pero soy así. Tampoco soy romántico. Puedo sentir mucho amor o mucho cariño por una pareja. Pero no puedo expresar mis sentimientos en forma explosiva, como lo hace mucha gente. Ex parejas me criticaron en el pasado porque yo no les reiteraba mi amor, porque no repetía muchas veces que las quería, como a ellas les hubiera gustado. Y eso contribuyó en parte en la ruptura de nuestras relaciones. Por supuesto que en la ruptura de relaciones no sólo es un factor el que contribuye al final, pero sí puede ser determinante.
Por esas casualidades de la vida, mi hermano traía consigo un rollo de cinta elástica para aplicar en zonas que estén lesionadas o inflamadas (kinesio tape). Desde hacía semanas tenía un dolor en el cuello y aquel día el dolor se había acentuado, me costaba mover la cabeza. Durante el paseo en el Centro de Estocolmo sufría mucho por ese malestar. Por la noche me puse un trozo de la cinta y a la mañana siguiente ya casi había desaparecido. A los pocos días ya había sanado completamente. He seguido sufriendo por las noches por la incomodidad de dormir con o sin almohada. Finalmente ya me acostumbré a prescindir de ella y duermo cada noche mejor. Lo importante es que gracias a mi hermano pude solucionar el problema de los dolores del cuello durante el día.
Hoy ya es 19 de junio y se celebra el Solsticio de verano en Suecia (normalmente es el 21 de junio pero a veces varía la fecha). Yo no celebro esa fiesta y he trabajado como siempre. La gran mayoría de los suecos y muchos extranjeros lo hacen. Lamentablemente para ellos, el tiempo atmosférico no les ha sido favorable. Desde ayer llueve y hace frío. Está oscuro en este momento, a las 23:42 de la noche. Si no estuviera nublado estaría claro como en el día, porque es el día más largo del ano (VER).
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Ya terminé el plan de estudios y lo he vuelto a enviar a la Dirección de Tráfico sueca. Ahora viene el trabajo interminable de preparar los esquemas y horarios de las lecciones de conducción, cursos de teoría en sueco y en español y otros cursos adicionales. Y confeccionar la lista de precios. No es un trabajo fácil para una sola persona. Pero lo he hecho antes, espero que esta vez también lo pueda hacer.
Ya me ha sorprendido el 20 de junio. La vida sigue. El ciclo se repite.
CÓMO LEER MIS BLOGS
Querido hermano me alegra mucho saber que mi visita sirvió mas que encontrarnos una vuelta a la unión familiar, tu siempre has pensado igual que ahora, te recuerdo de nuevo que esa tremenda capacidad te otorga una gran ventaja, vas un paso adelante en la vida, en los años 60 y 70, tu visión de la vida era mun avanzada para los que te rodeaban y te causo muchos problemas pero todo lo supero, te recuerdo que en esos años no existía el computador personal pero escribiste a muchos cuadernos con estos pensamientos tuve la suerte de compartir esas lecturas y largas conversaciones de como enfrentarías la vida. A sido tal como lo pensabas.
Un abrazo tu hermano.
Gracias por tu comentario, querido hermano. La verdad es que no todo ha sido como pensaba o de acuerdo a lo que aspiraba. Ni yo hice lo que debía y cometí muchos errores. Ni el mundo es lo que yo deseaba; de hecho sigue igual o peor. Hay muchos avances tecnológicos y las sociedades han mejorado en algunos aspectos. Pero seguimos sumergidos en sistemas injustos, en los que predominan los intereses económicos de las grandes empresas, sin importar la conservación de la vida en el planeta. Justamente en estos días casi no se puede respirar en Santiago, donde tú vives. Se deben tomar medidas de emergencia porque la contaminación del aire ha alcanzado límites extremos. Eso se va a repetir en otras ciudades del mundo. Aparte de la dificultad para respirar y todas las enfermedades que se pueden agravar, muchas especies de animales se están extinguiendo y las reservas de agua se van agotando. Son la consecuencia de la explotación incontrolada de nuestros recusos naturales y humanos. El fomento del consumo sigue en aumento, para enriquecer a unas pocas familias del planeta, sin lograr la erradicación del hambre y la miseria. Las guerras se suceden unas a otras y los mercenarios y terroristas pagados y preparados por agencias de espionaje de países ricos aumentan en número y se van desplazando de un país a otro, de un continente a otro. Sabes muy bien que no soy católico, pero el nuevo Papa (Francisco) ha hecho declaraciones que nunca antes se habían oído de otros jefes de la iglesia católica. Lo admiro por la valentía que tiene al atreverse a expresar esas ideas. Ojalá que su vida se mantenga segura. Seguramente hay muchos que lo quisieran quitar de en medio porque ya no se defiende a los ricos sino a los pobres y a la vida en nuestro planeta.
Ojalá los pueblos despierten algún día y puedan parar el crimen que se está cometiendo contra el ambiente. Ojalá algún día exista la verdadera libertad e igualdad.