Me estoy recuperando de un viaje a Cuba. Lo primero que he hecho ha sido restablecer parte de mis rutinas de alimentación. Allí era imposible mantenerlas, por diversos motivos. Estoy seguro de que si me quedo por un tiempo largo sí que las podría seguir.
No es la primera vez que voy a Cuba. He estado antes en Villa Clara y Pinar del Río. En esas oportunidades no tuve la suerte de conocer La Habana, su capital. Esta vez, sí, porque lo he hecho en forma más independiente. He pensado hacer un reportaje con fotografías y vídeos sobre todo lo experimentado allí durante una semana. Son muchas las impresiones que he recogido, después de visitar muchos lugares y hablado con mucha gente. Mi esperanza es que algún día ese país pueda acceder a toda la tecnología y otros adelantos de los países europeos. También me gustaría que en todos los países del mundo se logren algunas cosas que hay en Cuba, como la educación y la atención médida gratuitas. Mi visita a Cuba confirma lo que he dicho antes sobre ese país. La Revolución ha logrado cosas muy hermosas pero también se han cometido muchos errores. El principal error ha sido la forma de educar a su población. Ese y otros temas sobre Cuba son muy largos de analizar y por eso lo haré cuando haga el reportaje que he mencionado antes.
Mi teléfono móvil se comportó de una forma muy extraña, desde que le cambié la hora al llegar a Cuba. Le resté 6 horas que volví a sumar anoche, al regresar. Antes de hacerlo, su sistema me había cambiado la fecha, hasta tal punto de que creí me había equivocado en la fecha y hora de retirar mi vehículo del aparcamiento de Arlanda. El teléfono me decía que era ya el 2 de marzo y yo tenía fecha de llegada el 1 de marzo. En realidad, usé mi teléfono como reloj. Decidí no usarlo como teléfono cuando me dí cuenta de que la operadora sueca (Tele2) me estaba estafando. La verdad es que utilizarlo en Cuba sólo me dio problemas y es lo que quiero explicar para que se entienda al título de esta entrada.
Antes de salir de Suecia hice un pago adicional para usar internet en el extranjero. Pero apenas llegar, recibí la notificación de que tenía que volver a pagar 550 coronas. Lo hice pero a los pocos minutos, sin usar nada de internet, me llega una nueva notificación por otras 550 coronas suecas. Eso me pareció demasiado y desde ese momento decidí no usar más internet desde mi teléfono y no hacer llamadas pues usarlo para llamadas está basado en la conexión a internet.
Antes de cerrarlo para internet intenté, en varias oportunidades, conectarme a mi correo electrónico. Pero outlook (antes hotmail) tardaba mucho en abrirse y luego desaparecía. Por eso compré un par de tarjetas de Nauta (un servicio de Etecsa, la empresa cubana de telecomunicación). Con esa tarjeta se puede usar internet en muchos sitios como parques y plazas que tienen wifi. Esos lugares se llenan de gente desde mediodía y hasta muy tarde por la noche, con personas que no tienen internet en sus casas. Cada tarjeta me costó 2 euros, con una duración de 60 minutos de conexión.
En esa forma creía yo tener solucionado el problema de conexión a internet. Pero cuando quise abrir el correo, outlook me pide referencias porque la cuenta se abre lejos de Suecia. Muy bien. La referencia es una cuenta en Google. También tengo un número de teléfono antiguo, que no he podido cambiar porque para ello outlook me pide responder a una serie de preguntas que no recuerdo porque abrí esa cuenta hace ya muchos años. Entro a Google pero allí me piden referencias, por el mismo motivo que outlook me las pedía… y la referencia son la cuenta de outlook que no puedo abrir… y del número de teléfono que he decidido no usar porque me siento estafado por la operadora telefónica de Suecia. Resultado: bloqueo total para entrar a mis cuentas de correo.
Cuando llegué al aeropuerto José Martí me estaban esperando dos amigas, que me guiaron un poco para ubicarme en La Habana. Ellas me dejaron en una casa particular que habíamos reservado con antelación. La mejor forma de alojarse en Cuba es en una casa particular, porque los hoteles son más caros. No se tiene la misma comodidad que en un hotel pero sí se tienen muchas otras ventajas, incluso se puede obtener mayor comodidad si queremos prescindir de algunos servicios que no son tan necesarios.
Mi amigas no me podían ayudar mucho, por lo que estuve completamente solo la mayor parte del tiempo. Tenía direcciones de otras personas y sus números de teléfono pero todos sus datos están en mis cuentas de correo. Había anotado en un papel los números de teléfono de sólo dos personas pero fue imposible llamarlas. Primero fue porque no sabía el sistema de que había que ponerles un cero, un 7 o un 47 antes. Cuando lo logré, uno de los números no estaba asignado a usuario alguno, según la telefonista. El otro número decía que no estaba localizable. Luego me explicaron que cuando un número de teléfono móvil no está localizable es, entre otras cosas, porque el usuario no tiene saldo en su cuenta. Si se llama desde un número normal, es el usuario que recibe la llamada el que paga. La persona que yo intentaba localizar no tenía saldo y por eso no podía responder.
Así es que estuve una semana sin poderme comunicar con muchas personas con las que había quedado de acuerdo en visitar. Pero no me puedo quejar porque las personas que estaban a cargo del apartamento de alquiler me ayudaron mucho. Fui a la casa de una de esas personas y tuvimos charlas muy provechosas. Otra de ellas me mostró gran parte del centro de Cuba, incluso fuimos a ver un espectáculo de baile, en el teatro José Martí.
No suelo mencionar nombres en mis blogs pero en esta oportunidad hago una excepción. Mis más sinceros agradecimientos para la señora Marcia y su esposo Quindelán, para Emelyn y su compañero Andy; también para Lissandra y Marelis. Fue agradable conocer también a muchas otras personas, entre las que puedo mencionar a Javier y Julio Antonio. Todos se portaron muy bien conmigo, gracias.
Tuve mucho tiempo para visitar lugares, reflexionar y planificar para el futuro. También tuve tiempo para mejorar los materiales de estudio para mis alumnos. No fue tiempo perdido, sino muy bien invertido, con nuevas esperanzas para el futuro.
Espero hacer pronto el reportaje sobre la Cuba actual.