TIEMPO:CERO. PRIMERA PARTE

He puesto primera parte porque desde que me propuse escribir esta entrada supe que tenía mucho que decir pero que sería imposible en una sola.

Nunca me imaginé que a mi edad iba a trabajar tanto como lo hago en estos momentos. Tiempo para trabajar: casi 100%. Tiempo libre: prácticamente cero. El único tiempo libre que he reservado es algunas mañanas, para ir al gimnasio. Y las noches… que son cortas porque el cansancio me domina y las transforma en espacios perdidos. Siento que estoy corriendo en una rueda de aquellas que se usan para que los hamsters se ejerciten en su jaula. La rueda da vueltas y vueltas y yo sigo en ella sin salir del mismo sitio. En vano hago planes para llevar a cabo otras actividades de trabajo, para romper la rutina de lo actual. Todo desaparece cada mañana, cuando vuelvo a lo mismo de siempre. Trato de recuperar en estos últimos años que me quedan de vida lo que perdí en épocas anteriores. Hay personas que esperan que yo me active y lleve a cabo proyectos nuevos. Pero yo ni siquiera puedo contactarme con ellas, porque me siento bloqueado. Naturalmente que hay cambios, pero no ocurren con la celeridad que es necesaria. Se abren nuevos horizontes y la economía se afirma, aunque los resultados se verán a largo plazo. Mientras tanto, el tiempo se me escapa de las manos.

Y si en la parte laboral y económica estoy estancado, más aún  lo estoy en el aspecto intelectual. Aparte de lograr avances en mis estudios de inglés, no leo libro alguno, sólo artículos de periódicos en internet, más que nada noticias y alguno que otro reportaje o entrevista  a algún líder político o luchador social, artista o científico. Mi aporte en producción literaria es nulo. Mi aporte en la lucha por la igualdad social también es nula. Siento como que me estoy traicionando a mí mismo y a esos pueblos que necesitan cambios y mejoras, porque un día prometí luchar por ellos y no lo he hecho. Veo cómo las fuerzas de izquierda pierden fuerza en el mundo entero y cómo se afianza el poderío imperial, con Estados Unidos a la cabeza. Lamento la ignorancia en la que está sumida la mayoría de la población mundial y la imposibilidad de que surja un movimiento que pueda frenar la supremacía de las clases económicamente dominantes y que pueda llevar la luz de la verdad a todos los rincones del mundo.

Recuerdo una conversación con una de mis hijas en una oportunidad, cuando intentaba explicarle que los medios de comunicación mienten y manipulan, que sólo unos pocos (un escaso porcentaje de tal vez 1%) de los medios que dicen la verdad o son objetivos. Ella me preguntó que «cómo sabía yo que ese uno por ciento realmente dice la verdad». Entonces me dí cuenta de que la había perdido como hija. Me refiero como una hija confidente, abierta a querer conocer la verdad. Su mente ya estaba y sigue siendo dominada por la fuerza que tienen los medios de comunicación. Y es normal, puesto que todo su entorno está invadido por la información y la publicidad subliminal de todos los medios escritos, la televisión, el cine, internet, etc. Todo está muy bien dirigido desde laboratorios en los que se fabrican las formas de influir en la mente de toda la gente. Somos sólo unos pocos los que podemos ver la verdad, entre líneas; que sabemos que los medios de comunicación están en poder de grandes empresas y su finalidad es defender sus intereses económicos. Sólo unos pocos podemos intuir la verdad de lo que ocurre en países en los que hay crisis políticas y militares, que son presentados en bandejas especiales de shows destinados a engañar y a manipular, para justificar intervenciones militares o apoyos a terroristas o profesionales dedicados a derrocar gobiernos.

Los laboratorios comunicacionales están situados en los países ricos, pero el principal está en Estados Unidos, en Washington. Desde allí se envían las informaciones –mejor dicho, la propaganda– a través de múltiples canales, que llegan a todos los medios audiovisuales, de radio y escritos. Las recetas son similares, dependiendo de a qué país se aplican. A veces se retocan para que no parezca lo mismo de siempre pero en el fondo sí lo son. Se inventan historias destinadas a denigrar y difamar a gobernantes y dirigentes políticos. Se incentivan y se promueven campañas de sabotaje y desestabilización. Se intenta crear situaciones de violencia (muchas veces con éxito) para luego culpar a los gobernantes que son objetivos de sus ataques soslayados o abiertos. Al mismo tiempo se envía dinero, armas y municiones a grupos terroristas para que siembren el caos y la zozobra en los países  a los que se desea invadir. Porque la finalidad principal es invadir si no se logra derrocar a los gobernantes y poner títeres en su lugar, marionetas a las que se podrá manejar fácilmente, personas que están ansiosas de recuperar riquezas que antaño adquirieran con estafas o robos, personajes que en su día regalaron los recursos naturales como el petróleo, el cobre, el oro y muchos otros minerales y fuentes de energía a empresas de los países ricos, además de apoderarse  de tierras para la construcción de «su» progreso económico.

Lo curioso es que pese a que finalmente se llega a saber la verdad, reconocida por los mismos medios de comunicación que mintieron durante mucho tiempo*, a la gente le da lo mismo y apoya -directa o indirectamente- a los gobernantes de los países poderosos. Un claro ejemplo es la mentira de Estados Unidos con respecto a las «armas de destrucción masiva» que había en Irak y que sirvió de excusa para invadir ese país. Finalmente se supo la verdad, que no existían tales armas. Pero Estados Unidos y sus aliados invadieron y destrozaron ese país. Y luego ocurrió lo mismo en Libia. Está ocurriendo actualmente en Siria y puede ocurrir en Venezuela y en otros países. En Ucrania y en muchos otros países también se manipuló, tanto a la población interna como a la del exterior. En todas partes se fabricaron escenas y situaciones para culpar a los gobiernos a los que se deseaba derrocar. Así se está haciendo en América Latina, aplicando métodos distintos pero que tienen la misma finalidad: apoderarse de las riquezas naturales de cada país y de crear nuevos mercados para vender productos manufacturados y toda clase de cosas totalmente innecesarias. Y la gente no se da cuenta de nada… o de muy poco pero no hace nada por cambiar ese orden de cosas.

* La verdad o una parte de ella debe ser reconocida gracias a  la presión de otros medios o a las revelaciones de valientes periodistas que arriesgan sus vidas en ese intento. La verdad se reconoce cuando ya es imposible esconderla más. Pero nunca se reconoce toda la verdad y se siguen inventando nuevas historias que la esconden.

En España se dan situaciones increíbles de enajeción colectiva. El PP, partido gobernante, acumula cada vez más casos de corrupción entre sus filas. Los altos dirigentes, con Mariano Rajoy a la cabeza, defienden hasta el último instante a otros dirigentes corruptos. Un claro ejemplo de esto es el apoyo que se le dio a Luis Bárcenas, quien fue tesorero del Partido Popular. Este personaje era la mano derecha de Mariano Rajoy, quien ponía las manos el el fuego para defender su honestidad. Pero las pruebas fueron tan contundentes que finalmente hubo que expusarlo del PP y desentenderse de sus acciones. Este caso es sólo uno de muchos ejemplos. Otros personajes han sido Rita Barberá y Esperanza Aguirre. Toda esa gente estuvo implicada en graves casos de corrupción.

Algunos enlaces sobre el caso Bárcenas:

PRIMER ENLACESEGUNDO ENLACETERCER ENLACE

Algunos enlaces sobre el caso de Rita Barberá:

PRIMER ENLACE / SEGUNDO ENLACE / TERCER ENLACE

Algunos enlaces sobre el caso de Esperanza Aguirre:

PRIMER ENLACE / SEGUNDO ENLACE / TERCER ENLACE

A pesar de todo esto, el PP sigue ganando elección tras elección. Aunque pierde algunos porcentajes y ya no tiene mayoría absoluta, tiene capacidad de gobernabilidad. Muchos de los votos que pierde no se van a la izquierda ni al PSOE, sino a Ciudadanos, que no es otra cosa que un nuevo PP, con sus mismas políticas reaccionarias y neoliberales. Este partido de extrema derecha capta a los militantes decepcionados con la dirigencia del PP, especialmente a aquellos que no están de acuerdo con la corrupción. Pero son tanto o más reaccionarios que el mismo PP. Este nuevo partido político le sirve al PP para seguir aplicando sus políticas de represión y de austeridad, dirigidas por la EU.

Durante decenios muchos corruptos, estafadores y evasores de impuestos –entre ellos muchos altos dirigentes del PP– se apropiaron de bienes y dinero que escondieron en paraísos fiscales. Para favorecer a esos delincuentes el PP (con Montoro a la cabeza) decretaron una amnistía fiscal  en 2012, que ahora ha sido anulada por el Tribunal Constitucional VER. Pero la decisión de este tribunal es demasiado tardía, porque ha permitido que los evasores se salven de cualquier culpa puesto que los delitos han prescrito VER.

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