Es extraño, este mundo, el de ahora
el de antes también lo era, pero éste más
ahora parecemos todos desconocidos
y desconfiamos de todo el que se nos acerque
nos evitamos a pesar de querernos tocar
no nos visitamos, no nos hablamos
¿De qué vamos a hablar?
¿De lo mismo de todos los días?
¿De lo que dicen en la tele?
¿O lo que dicen en los virtuales periódicos?
Que cuántos murieron hoy o cuántos se contagiaron
que ya los confinados saldrán a la calle
lo llaman desescalada, como si bajaran de una montaña
y dictan normas, que primero salgan estos
y que luego saldrán aquellos
que primero los niños y luego los deportistas
los demás que se aguanten, que se atrofien un poco más
que ya falta menos que ya esto ya va a acabar
pero nadie sabe cuándo será el final o si ese final llegará
parece un juego de la infancia, jugando a las escondidas
o a la búsqueda de un tesoro oculto en una caverna
o a los pies de una higuera
buscamos un arcoiris en un horizonte que no vemos
en la tele nos hablan del tiempo
qué maravilloso el sol de la primavera
pero millones no lo pueden disfrutar’
más vale no mencionarlo, para no provocar envidias
unos vivimos solos, más solos que nunca ahora
ya ni pensar en tener un hombro para apoyarse
ni dar un consuelo o murmurar una frase romántica
estamos confinados, todos sin excepción
algunos en sus hogares y otros en un territorio
el amor quedó archivado en un mensaje de Whatsapp
que ya ni siquiera lo abrimos porque nos aburre
decir cada vez lo mismo, nada nuevo, nada que esperar
Otros viven hacinados, teniendo que soportarse
Una mujer vive con un marido maltratador
Un hombre vive con una mujer agobiante
Otro vive con la suegra en casa, encerrado entre dos fuegos
por mucho amor que las una
en muchas familias surgen disputas
a veces sin motivo alguno
la mayoría viven con hijos que gritan y lloran
cada hogar es un mundo
el encierro vuelve a los niños inquietos
y a los adultos los aburre y descoloca
muchos ya se quedarán en casa para siempre
aunque pase la rebelde pandemia
porque ya no tendrán donde trabajar
ni cómo llevar dinero a sus hogares, ni alimentar a sus familias
muchos sueños truncados
sumados a otros muchos del pasado
¿Cúando volverá la gente a pasear por una playa?
¿Cuándo volverán los amantes a caminar de la mano
y a darse un beso a la luz de la luna o bajo una palmera?
¿Cuándo volverá aquel mundo que conocimos antes?
o, tal vez, mejor digamos
¿Cuando llegará el nuevo mundo, aquel que siempre soñamos
y que nunca tuvimos?