RECUPERACIÓN

Mi recuperación ha sido lenta, pero voy superando los malestares, poco a poco. Gracias a ello puedo trabajar mucho mejor que antes. De cantidad trabajo, no me puedo quejar. Tengo cada día más clientes, a pesar de que mucha gente ha perdido sus trabajos, sobre todo en el sector del turismo. Hay gente que no podrá tomar más lecciones porque las empresas en las que trabajaban han quebrado. Es lo que ocurre en muchos países del mundo. A pesar de no haberse declarado un confinamiento tan duro como en otros países, la pandemia ha ocasionado problemas en muchas empresas suecas. Una de las razones es la falta de suministros de empresas extranjeras, puesto que el transporte se ha visto afectado y muchas de esas empresas tienen baja o ninguna producción. Y si la tienen, no es fácil enviar sus productos a otros países.

No quiero contar mucho sobre mí mismo, lo haré para mis amigos más cercanos en una entrada con clave. Quiero escribir sobre muchos temas pero no me siento en condiciones, aún. Me siento débil y cansado, por las noches. Durante el día siempre estoy activo, siempre trabajando.

Nota del 5 de julio 2020:

Hoy salí a trotar algunos minutos. Me limité a solo unos diez minutos y un largo paseo. Anteayer troté durante 20 minutos y quedé exhausto. No tengo energía suficiente para más. Además, pasé una noche muy difícil, posiblemente a causa del ejercicio físico. Pero sentía que lo necesitaba, después de muchas semanas sin hacerlo. Espero que el suave ejercicio de hoy no me provoque malestares, aunque estos se pueden deber a otras causas. Estoy experimentando con algunos alimentos, descartando algunos que puedan influir en mis capacidades y malestares, además de los dos medicamentos que estoy tomando todos los días. Pronto escribiré un artículo interesante sobre esto, para ayudar a otras personas a evitar sufrimientos innecesarios.

Pero no era de esto sobre lo que yo quería escribir hoy, sino de lo hermoso que fue dar un paseo a las orillas del lago Edsviken. Mucha gente paseaba o trotaba. Había llovido todo el día y había muchas pozas de agua en la pista, todos íbamos sigzagueando, tratanto de evitar los charcos y a toda la gente que se nos cruzaba. Cisnes y patos de distintas especies nadaban cerca de la orilla, algunas familias se divertían dándoles de comer migajas de pan. Las aves se arremolinaban en torno a las migajas, se sumergían y emergían del agua y se sacudían, haciendo las delicias de los niños. Otras aves caminaban entre la gente, sin inmutarse por su presencia. Son los mismos paisajes en muchos parques del Gran Estocolmo, miles de aves que viven en una perfecta armonía, acostumbradas a la gente que nunca o raramente las molestan. Es algo que no se puede ver en muchos otros países.

El primer día que salí a trotar, lo hice más temprano y hubo sol todo el día. En algunos sectores había grupos de jóvenes que se divertían de mil maneras, algunos de ellos, ebrios, bailando o jugando diversos juegos. Lo que me preocupaba al verlos era la total ignorancia del riesgo de contagio. Muy pocos mantenían las distancias de seguridad. Eso ocurre, lamentablemente, en todo el mundo, a pesar de todas las recomendaciones de las autoriades sanitarias. Hoy también ví grupos pequeños, pero en menor cantidad. La lluvia había ahuyentado a la mayoría de la gente. Y ya eran las siete de la tarde.

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