Una vez más se demuestra la falta de democracia que hay en Estados Unidos. Millones de personas votan para alegir electores, que a su vez, elegirán al presidente de ese país. No gana quien tenga más votos sino quien consiga más electores. Eso depende de la cantidad de electores que cada estado tiene derecho a nombrar. Y si el margen, entre los electores de los dos candidatos más votados, fuere muy escaso o controvertidio, es el Tribunal Supremo el que decide quién será presidente. Los miembros de ese tribunal son elegidos políticamente, como ha sucedido con la candidata Amy Coney Barret, jurista conservadora, elegida por Donald Trump. La mayoría de los miembros del TS han sido elegidos por el Partido Republicano, lo que le da una gran ventaja a Donald Trump, en caso de que éste impugne los resultados y se deba recurrir al TS.
Por otra parte, los candidatos a presidente pertenecen todos a la clase más alta de la sociedad, los cuales deben contar con una enorme cantidad de dinero para financiar sus campañas electorales. Todos obedecen, además a los acaudalados comerciantes y financistas de Wall Street, lo que hace imposible que la clase trabajadora algún día pueda tener un candidato.
El mejor representante de la alta sociedad norteamericana es el actual presidente, que ha amasado cuantiosas fortunas y se sospecha que lo ha hecho, en parte, gracias a especulaciones financieras y evasión de impuestos. El gran empresario logró llegar a la Presidencia el 20 de enero de 2017. Ahora intentará aferrarse al poder ejecutivo por todos los medios posibles, sin respetar siquiera las leyes de su propio país.
Hasta esta hora no se sabe quién obtendrá mayor cantidad de electores, aunque está claro que Joe Biden obtendrá mayor cantidad de votos. Sin embargo, es posible que Joe Biden logre el apoyo necesario para ser elegido presidente. Sin embargo, Donald Trump ha asegurado que él ha sido electo, aunque aún no se han contado todos los votos. Según él ya no se deben contar más votos, que basta con los que se han escrutado hasta hoy (ayer) aunque sabe que hay millones de votos que deben ser escrutados y que pueden dar la victora a Biden. Ya desde muy temprano, Trump afirmaba que habría fraude, una palabra muy usada por sus simpatizantes en Venezuela, que siempre han acusado de fraude al Consejo Electoral venezolano, sin jamás haber demostrado eso con pruebas. Fraude es la palabra mágica que ayuda a las clases empresariales para derrocar gobiernos, como ha ocurrido muchas veces, teniendo como ejemplo a Bolivia, cuyo pueblo ha elegido a Luis Arce como presidente, a pesar de todas las maniobras que la golpista Janine Anez y de sus seguidores en contra del MAS, el partido al que pertenece Evo Morales, a quien acusó de cometer fraude para ser electo presidente, en 2019. Hay que recordar que Evo Morales ganó con una amplia mayoría, pero se lo obligó a renunciar. Fue uno Golpe de Estado propiciado por la OEA, que siempre sigue la línea de Estados Unidos, en su intención de utilizar a los países latinoamericanos como su patio trasero.
Es imposible predecir lo que va a suceder en los próximos días, pero la actitud de Trump es lo que define a los verdaderos dictadores. Va a ser muy difícil que reconozca los resultados, pero finalmente puede hacerlo, si le queda un poco de sentido común. Lo que sí se ha predicho antes es que haría exactamente lo que ha hecho y dicho durante los últimos días. Por otra parte, para el mundo, no importa mucho cuál de los dos candidatos gana. Los dos defienden, obviamente, los intereses del imperio y continuarán su política expansionista en el mundo entero.
ENLACES:
EN LA FRONTERA: JUAN CARLOS MONEDERO
IMPORTANTE ARTÍCULO DE AYER, DE VICENS NAVARRO
LO QUE VATICINÓ BERNIE SANDERS EL 23 DE OCTUBRE
ELECCIONES EN ESTADOS UNIDOS, CLARÍN
DECLARARSE GANADOR ANTES DE CONTAR TODOS LOS VOTOS, TÍPICO DE AUTÓCRATAS
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