No soy partidario del uso de vacunas, aunque debo reconocer que éstas han ayudado a frenar o detener por completo la expansión de la viruela, el cólera y otras enfermedades muy graves. Como en el caso de los antobióticos, yo creo que las vacunas se pueden volver ineficaces con el tiempo, una vez que los virus y bacterias mutan y se vuelven más resistentes (ver comentario nro 1, abajo). Por ese motivo, casi nunca he utilizado antibióticos. Con respecto a las vacunas, nunca me he vacunado contra la influenza, por ejemplo. Y jamás la he padecido, a pesar de haber estado en contacto con mucha gente enferma, a lo largo de de más de treinta y siete años, teniendo alumnos enfermos en los automóviles de prácticas para aprender a conducir. Durante este año de pandemia no he dejado de trabajar y he tenido muchos alumnos que han tenido covid-19, antes o después de haber estado a mi lado, durante muchas horas. Algunos de esos alumnos que han enfermado de covid19 usaban mascarillas, cuando hacían sus prácticas conmigo. Yo la utilicé sólo una vez, durante unos cinco minutos. No las soporto y no las considero necesarias. Nunca, desde antes de la pandemia ni durante la misma, he tenido siquiera gripe. Es más, durante este año de contagios del nuevo coronavirus, he tenido menos síntomas de resfrío que antes de 2020. Hace unos días estuve «resfriado» algunas horas. Eso me ha sucedido muchas veces: tengo algunos síntomas de resfriado, pero desaparecen muy rápidamente. Antes de 2020 podía tener esos síntomas un par de días, a lo más unos tres días. Ahora son sólo horas. Nota del 5 de marzo: Esto se debe a que actualmente se toman medidas de distanciamiento en todos los sitios, como en supermercados. También hay más cuidado en el contacto con objetos que puedan tocar otras personas. En mi caso, además, uso guantes. Si llego a tocar algún objeto con las manos, me las lavo inmediatamente o las desinfecto, si no tengo agua cerca. Nunca me toco la cara, menos los ojos ni los labios, si me tengo que rascar. De ser necesario hacerlo, me saco los guantes, que uso siempre que estoy fuera de mi oficina o de casa. Aclaración: uso guantes de trabajo, no de los que se utiliza en los hospitales o para tareas de aseo. Nunca tomé estas medidas antes de marzo de 2020.
Espero que la mayoría de mis lectores hayan leído todos mis artículos sobre la pandemia. En ellos he criticado muchas de las medidas que se han tomado contra el virus de actualidad. El tiempo me ha dado la razón en varios puntos que he señalado. Creo que en el futuro se demostrarán más cosas de lo que he afirmado en mis escritos. No quiero referirme al tema, nuevamente. Lo haré cuando publique mis vídeos, que serán más claros que lo escrito antes. Más que críticas, lo que quiero es plantear soluciones. Sé que una vida sana, con alimentación adecuada y suficiente ejercicio físico son fundamentales para evitar cualquier tipo de enfermedades, incluyendo el virus de la actual pandemia.
Con respecto a las vacunas contra la actual enfermedad, si bien es cierto que no garantizan cien por ciento de protección (ver comentario nro 2, abajo), ya se ha comprobado que son eficaces en la gran mayoría de los casos. Es posible que sean la solución. A mí no me gustaría usarla, pero pienso hacerlo sólo para asegurarme de que habrá menos riesgo de contagiar a otras personas. Sospecho que he sido contagiado, pero pude ser asintomático y ni siquiera me he dado cuenta de ello. Además, será importante si se desea viajar a otros países, algo que hace unos meses parecía imposible. En la Unión Europea ya se está estudiando un plan de vacunas que incluya un pasaporte que certifique la vacunación. Si me vacuno, será voluntariamente, no porque se me obligue a ello. Considero que en todos los países se debe respetar el derecho a elegir entre vacunarse o no. A nadie se le debe obligar hacerlo y menos castigar por no hacerlo, como se pretende hacer en Galicia, una comunidad española. En esa comunidad se castigará a quienes no se vacunen, con multas de entre 1 000 y 600 000 euros (VER). Me parece algo muy absurdo, que atenta contra los derechos humanos. Cada cual debe tener derecho a elegir un tratamiento, vacuna u otra forma de evitar enfermedades. Si se aplican multas a personas que no desean vacunarse, también se debería multar a toda la gente que fuma (a menos que sea en espacios públicos); o a toda la gente que no cuida de su salud en forma conveniente. A alguien se le ocurriría legislar sobre algo similar?
Conclusión: ante un mal mayor, más vale correr el riesgo de sufrir un mal menor, como alergias a causa de rechazo, u otros efectos colaterales. Sin embargo, debe hacerse en forma voluntaria.
- Comentario nro 1, 6 de marzo: Todos los virus mutan. Algunos se vuelven más pasivos, otros más resistentes. En el caso del SARS-CoV-2, que causa la enfermedad Covid-19 es más fuerte que otros coronavirus. Por eso es difícil saber en qué forma va a mutar. Ya hay muchas variaciones, pero pueden surgir muchas más, tal vez cientos o miles. Eso significa que en el futuro tal vez no haya vacuna que lo pueda combatir. Además, la vacuna más segura solo garantiza un 90 %, otras menos. El uso de mascarillas y la restricción de los viajes no son una solución. Ninguna de esas medias ha detenido el avance de la enfermedad. Lo único efectivo es la distancia social y lavarse cuando se tocan objetos o superficies que pueden estar contaminadas. Aparte de eso, el cuidado de la salud, en general es lo que más nos puede fortalecer frente a los contagios. Una de las cepas que más inquietan actualmente es una brasileña, que ha contagiado a pacientes que ya habían sido contagiados antes. Es decir, se han reinfectado. Lo mismo puede ocurrir con quienes se vacunan (VER ARTÍCULO EN EL PERIÓDICO.ES). Ver otros artículos: UNO – DOS.
- Comentario nro 2, 6 de marzo: La eficacia de las vacunas es relativa. El tiempo que duran los anticuerpos, también lo es. Existe el riesgo de que nos volvamos «adictos» a las vacunas, porque es posible que tengamos que vacunarnos muchas veces. La garantía de su eficacia nos da solo unos meses. Por lo tanto, mientras exista el riesgo de reinfección, hay que seguir tomando medidas de seguridad. Estar vacunado no nos da cien por ciento de seguridad. Podemos volver a infectarnos, sobre todo después de pasados unos meses o años. Por otra parte, una persona vacunada puede tocar cosas infectadas y transmitir el virus en forma indirecta. Por eso habrá que seguir evitando abrazos, saludos de mano y codo, etcétera.
VER MÁS INFORMACIÓN AL RESPECTO:
UNO — DOS —- TRES.