Estimados lectores.

Voy a cambiar todas mis entradas para eliminar los vínculos a otras páginas. Lamentablemente muchas páginas dejan de funcionar y ya no son actuales los enlaces (links, en inglés). Además, algunas páginas son capturadas por piratas informáticos (hackers, en inglés) y desviadas a páginas no deseadas. Mientras tanto, recomiendo no abrir los enlaces, a menos que sean a mis propios blogs o a organismos oficiales, como la OMS. En cuanto a mi novela (Oscuridad), será pausada hasta hacer algunos cambios que considero necesarios.

Deseo a todos mis lectores una buena continuación de este nuevo año 2022, que creo será el fin de la parte más dura de la pandemia. Gracias a los enormes conocimientos científicos y tecnológicos será posible evitar el aumento exagerado de muertes. Contagios, no, porque eso es imposible.  Por muchas medidas que se tomen, los virus pueden propagarse gracias a su gran capacidad de mutar. Pero esa capacidad es, justamente, lo que puede transformar el virus en patógeno menos peligroso. Cabe recordar que en la historia de la humanidad ha habido peores enfermedades, entre ellas la Peste Negra, durante la Edad Media. Esa enfermedad fue provocada por la bacteria Yersinia pestis y ocasionó más de 200 millones de muertos, que equivaldría a miles de millones de muertos en la actualidad. Entre 20% y 60% de la población europea fue diezmada. Hay que recordar, también, que el principal vehículo de propagación de la enfermedad eran las pulgas que llevaban las ratas. En esa época había muy poca higiene. 

A causa de que no se conocían los virus ni bacterias, la gente creía que era un castigo de Dios. Hemos avanzado mucho, desde entonces. Lo importante es mantener las distancias de seguridad y buena higiene.

¡Suerte para todos!