YO, EL TIEMPO Y ALGUNAS DE MIS RUTINAS DIARIAS

Hace mucho tiempo que no escribo. No quiero escribir sobre mí mismo, pero no lo puedo evitar. Es posible que padezca de egocentrismo e incluso sea narcisista, o la mezcla de ambas cosas. Tal vez todos los seres humanos tenemos altos grados de ese tipo de personalidad. Y es porque cada uno de nosotros está en el centro, todo lo que está fuera de nosotros es la periferia. Esto se hace más fuerte cuando vivimos solos, sobre todo cuando nosotros mismos hemos elegido estar solos. Yo podría estar descansando tranquilamente en un país de clima cálido, cuidar de un huerto y escribir varias horas al día, junto a la mujer de mis sueños o lo más parecido a eso. Y eso no sería imposible, en absoluto. Mañana mismo podría irme de Suecia y vivir esa vida tranquila y disfrutar de una mujer cariñosa y amable. Por las mañanas me levantaría temprano y saldría a trabajar al campo, después de un nutritivo desayuno, siguiendo las mismas rutinas que en Suecia, con la diferencia de que no sería necesario salir a las carreteras a enseñar a la gente a conducir automóviles. 

Pero sigo aquí, postergando indefinidamente mi sacrificio. No es que sea un sacrificio trabajar a mi edad, sino solo una forma de describir el trabajo a mi edad de casi 75 años, cuando la mayoría de la gente a esa edad ya está descansando o dedicándose a actividades placenteras. En algunos países, la gente se jubila a los sesenta años o un poco más y no vuelven a trabajar más en su vida. En Francia hay manifestaciones en protesta porque el presidente Macron quiere subir la edad de comienzo de la jubilación de 62 a 64 años. Es un asunto que requiere de mucho estudio antes de opinar a favor o en contra. Yo creo que hay cosas más importantes para mejorar la calidad de vida humana. Disminuir las horas de trabajo, por ejemplo. Crear las posibilidades de que la gente disfrute de su tiempo libre en forma sana es algo que no se hace debidamente. El ser humano debería contribuir hasta muy avanzada edad a mejorar las condiciones de vida de todos (por lo tanto, trabajar) y el Estado debe garantizar su bienestar. Pero eso es un tema que necesita, también, mucho tiempo de análisis. 

Mi deseo es abordar todos estos asuntos y muchos más. Me documento y estudio todos los días sobre todos los problemas que afectan a la humanidad, pero quiero prepararme bien antes de escribir, revisar todo lo que he escrito antes sobre tantos temas, luego ordenarlos y empezar de nuevo, hasta lograr material necesario para entregar mi aporte. Creo que tengo mucho que decir y que mis ideas pueden contribuir en la solución de muchos problemas.

Puesto que dije que escribiría hoy sobre mí mismo, voy a empezar con una corta descripción de mi estado actual. la verdad es que no se trata solo de narcisismo e individualismo. Se trata de intentar ser un modelo a seguir, mejor dicho, dar pautas de un modelo que no existe, pero al cual aspiro. Sé que es difícil entender esto: se trata, sencillamente de dar a conocer cosas que hago, que pueden servir a otras personas a superarse, tanto física como intelectualmente. Prefiero esta última palabra en lugar del cliché de «espiritual». Esto tiene  que ver con mi visión estrictamente científica, totalmente alejada de cualquier crencia religiosa.

Durante los últimos años he ido mejorando la forma de cuidar mi salud. Siempre lo he hecho, desde que era adolescente. Pero antes de llegar a mis rutinas actuales he pasado por distintos periodos. Estoy estudiando de nuevo, para ser nutricionista y entrenador personal, una de mis metas más importantes. Eso forma solo parte de mis planes para poder ayudar a la gente a cuidarse mejor, evitar todo tipo de enfermedades y vivir realmente felices. Porque no puede haber felicidad sin salud. Quien diga lo contrario, miente o se conforma con lo que tiene, porque no ve otra salida. Se puede lograr cierta felicidad, pero nunca es plena si se padece de dolores y molestias, de preocupaciones constantes, de sufrimiento. Eso no implica que se deba ser pesimista. Cuando se ha llegado a un estado de enfermedad insuperable hay que seguir luchando y tratar de tener una vida lo más llevadera posible.

Vuelvo a insistir en lo que he afirmado muchas veces en mis blogs: para tener buena salud se requiere de dos cosas fundamentales: alimentación adecuada y entrenamiento físico. La alimentación debe ser equilibrada, sin excesos de ningún tipo, evitando todas las cosas nocivas, como el azúcar y la sal (necesarias, pero no en altas cantidades). Por supuesto que hay que suprimir todo tipo de drogas, incluyendo el tabaco y el alcohol. La cultura milenaria de todas las civilizaciones adolece de muchos errores, especialmente en lo que se refiere a la alimentación. Y la industria alimentaria ha hecho las cosas aún peores. Más del 95 % de las cosas que se venden en las tiendas de comida son totalmente innecesarias y nocivas. No voy a entrar a analizar todo eso ni dar ejemplos. En mis artículos de salud ya lo he detallado ampliamente. Es horrible como la gente se ha dejado influenciar tan negativamente durante miles de años y más aún con los alimentos sintéticos de los últimos centenios. A medida que avanza la tecnología, la forma de trabajar, la forma en que se organiza la sociedad, etcétera, la calidad de los alimentos empeora, porque se trata de ganar dinero, no de beneficiar la salud de la gente.  

Vamos a empezar con la alimentación. La mayoría de la gente no tiene las condiciones adecuadas y una gran parte de la población mundial ni siquiera tiene los medios siquiera cercanos a los normales. En muchos países se pasa hambre. Y en los países donde hay abundancia no hay suficiente información ni normas suficientes para regular todo lo que tiene  que ver con la alimentación. Por lo tanto, la alimentación es deficiente en todos los países, sin excepción. La mala alimentación origina la mayoría de las enfermedades graves. Tampoco voy a enumerar esas enfermedades en esta oportunidad. Sobre eso también he escrito mucho en mis blogs.

¿Cómo es mi alimentación? Advierto que no es la ideal. Para ello necesito mejores condiciones. No se trata de carencia de recursos sino de organización. Puesto que nunca dejo de trabajar, no tengo suficiente tiempo para ordenar bien mis cosas. Este es uno de mis grandes defectos. Sin embargo, pese a no ser lo ideal, se acerca un poco a ese objetivo. Como he hecho antes, en mis artículos personales, voy a enumerar mis comidas:

1.- Desayuno (después de mis ejercicios físicos de todas las mañanas): frutas, una mezcla de dos o tres, pero no en gran cantidad. Por lo general un plátano o medio plátano, media manzana y una naranja o mandarinas. No es necesario nada más.

2.- Merienda (después de mi ducha diaria). Verduras cocidas (zanahoria, patata, cebolla, ajo y alguna otra como calabacín o brécol, tomate, aceite de oliva), un huevo o algo de jamón u otro alimento rico en proteínas animales. Pan integral o pan duro (del que se utiliza en Suecia), nada de pan blanco. Absolutamente nada de repostería. Una taza pequeña de café, muy poca cantidad, con una sola cucharadita de azúcar o sin azúcar (nunca sacarina o sucedáneos similares). Nada de lácteos.

3.- Almuerzo (no tengo horario, puede ser temprano o tarde, entre las 12 y las 15 horas). Sólo un plato. Por lo general es sopa o guiso. Puede ser algo de carne de vacuno o cerdo, alternando con pescado y pollo, cada día algo distinto. En la sopa o guiso siempre hay verduras variadas, a veces arroz y siempre alguna legumbre (lentejas, frijoles o garbanzos). Nada frito, todo cocido. Además de verduras se agregan algunas especias como el orégano, laurel, tomillo, cúrcuma, jengibre y otras. Nunca faltan el perejil, cilantro ni el ajo; siempre están en las comidas. A veces también espinacas y albahaca. Todo con mesura.

4.- Cena (por lo general muy temprano, a veces a las 6 de la tarde). Ensalada variada, algunas veces con limón, otras con vinagre. Lo más frecuente es aguacate, patatas, calabacín u otras verduras. Algo de queso y algún paté de ganso o de pescado. Poca cantidad. Es importante cenar temprano para que el organismo no se esfuerce mucho en digerir la comida mientras se duerme.

5.-  A veces se intercala alguna ración de frutos secos como nueces, maní, almendras,higos, dátiles o similares. Poca cantidad. También se intercalan infusiones endulzadas con miel o sin miel. Nunca azúcar refinada. Pequeñas cantidades. En algunas oportunidades cereales naturales: avena, semillas de chia, quinoa, lino. Las semillas debidamente remojadas e incluso fermentadas, antes de ser preparadas. A esa comida le agrego una cucharadita de polen de abejas.

Esas son mis rutinas en lo que se refiere a alimentación. Insisto mucho en lo de POCA CANTIDAD. El organismo humano no necesita grandes porciones de comida. Ese es uno de los errores más grandes en la alimentación y la causa de muchas enfermedades. La gente come demasiado, curiosamente hay gente pobre que come más, creyendo que una gran cantidad ayuda a ser fuerte. Mucha gente rica como en exceso, porque derrochan. Ricos y pobres se alimentan mal, muy mal. Debido a mi avanzada edad y a que hago muchos ejercicios, tomo algunos suplementos (o complementos) como hierro (por prescripción médica), magnesio y algunas otras cosas, aunque no son absolutamente necesarias puesto que todo ya está en la comida variada. Se trata, más que nada, de suplir posibles carencias.

¿Cómo son mis ejercicios físicos?

1.- Todas las mañanas, sin excepción: correr en una cinta corredora (antes corría en la calle o en un gimnasio). Basta con 10 o 20 minutos. Luego salto en un trampolín, unos 10 o 20 minutos. Después uso una plataforma vibradora (entre 5 y 10 minutos). Finalmente hago ejercicios abdominales en un aparato, entre 5 y 10 minutos y algunas flexiones, otros 10 minutos. En total son 30 o 40 minutos. Antes de los ejercicios tomo un poco de aminoácidos ramificados (BCAA) para neutralizar los radicales libres originados por el esfuerzo físico. Así se evitan inflamaciones. Este tipo de ejercicios, aunque sea menos tiempo y menos variados, ayuda a despejar las vías respiratorias, evitando cualquier tipo de malestar, como congestión nasal, dolores de cabeza, molestias a causa se alergias, cansancio, etcétera. Hay gente que se siente mal cuando despierta y por eso no se atreven a hacer ejercicios matinales. Pero esos ejercicios son, justamente, la solución. Muchas veces (antes más que ahora) yo también he despertado mal, con dolor de cabeza o congestión, cansancio, etcétera. Luego de los ejercicios todo eso desaparece.

2.- Al mediodía salto un poco en un trampolín más suave. Combino esto con ejercicios de equilibrio en una pequeña plataforma. Son solo unos pocos minutos, a veces dos o tres veces al día, cuando he estado sentado frente al ordenador durante mucho tiempo. Por lo general se me olvida hacerlo con la frecuencia necesaria. la computadora me absorbe completamente y no me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo.

3.- Ejercicios nocturnos. Son los ejercicios más intensos. Un día trabajo los brazos y las piernas, con ayuda de aparatos y pesas. Otro día trabajo con el abdomen, con ayuda de un banco de ejercicios y algunos aparatos simples. Primero se hace precalentamiento entre 10 y 20 minutos. Luego se trabaja unos 30 0 40 minutos y finalmente se hacen estiramientos. Descanso una o dos veces a la semana. No es necesario descansar más. Al igual que por las mañanas, antes de los ejercicios tomo un poco de aminoácidos ramificados.

Sé que parece una exageración, pero he llegado a la conclusión de que es la forma ideal de alimentarse y ejercitarse. Y el resultado está a la vista: mi aspecto actual es el de una persona de 45 o 55 años, soy ágil, resistente y no padezco de ninguna enfermedad grave. Estoy seguro de que si hubiera hecho las cosas en mi juventud como las hago actualmente podría haber evitado muchas enfermedades de las que padecí antes. Y no fueron pocas, aunque nunca tuve diabetes o enfermedades cardiovasculares o infecciones graves.  Ya he afirmado antes que no he tenido fiebre desde hace más de 12 años. Los resfriados me duran muy poco, solo tengo síntomas algunas horas o máximo dos días. El covid 19 nunca me afectó, en absoluto, a pesar de haber estado en contacto muy cercano con mucha gente contagiada con ese virus. En los últimos años he tenido dos o tres gripes que han durado más de una semana. La última vez fue en otro país, cuando un enfermo irresponsable subió a un pequeño autobús muy enfermo, tosiendo y estornudando sin parar, además de gritar, por delante de mí, para comunicarse con su padre, en el otro lado. Toda la gente llevaba mascarilla, pero eso no sirvió para evitar el contagio. Fue una situación extrema, que jamás ocurriría en Suecia, por ejemplo. La próxima vez que se repita algo así me bajaré inmediatamente del foco de infecciones.

Y eso es todo por hoy. El tiempo es siempre una desventaja para mí. Quisiera escribir sobre lo que pasa en el mundo, pero será en otra oportunidad. 

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