Después de la pandemia, guerra. Paréntesis personal.

Siempre ha habido enfermedades endémicas ocasionadas por virus, bacterias y parásitos. También aparecen, de vez en cuando, nuevas enfermedades, como en el caso de la peste bubónica, viruela, peste negra, cólera, tifus, etcétera, que pueden ocasionar pandemias. Cuando creíamos que la sanidad mundial estaba más o menos asegurada y las enfermedades controladas, aparece la pandemia del SARS-CoV-2, un tipo de coronavirus, como también lo fueron la gripe aviar y muchos otros, algunos detectados ya en 1960. Este nuevo tipo de coronavirus ha puesto en jaque, tanto la salud como la economía de todos los países del mundo. Y cuando ya estábamos superando las fases más graves de la pandemia, comienza una guerra en Ucrania, que vuelve a poner en jaque la economía mundial, además de reavivar el temo a una guerra nuclear. Sobre esto, mis lectores pueden leer algunos artículos que he escrito en mi otro blog: ABRIR AQUÍ.

Siempre ha habido guerras de todo tipo. Al comienzo de este año había más de diez guerras, además de muchos otros conflictos bélicos que ocasionaban decenas de miles de muertos, cientos de miles de heridos y más de 82 000 000 (ochenta y dos millones) de refugiados que, durante décadas, han tratado de emigrar a otros países, pero han sido rechazados, sobre todo en Polonia, que se negó a abrir sus fronteras, pese a sus obligaciones por pertenecer a la Unión Europea. Si bien las políticas migratorias de la UE son muy estrictas, se aceptaba una cantidad limitada de refugiados. Polonia no aceptaba siquiera una mínima cantidad. Sus puertas estaban totalmente cerradas para los refugiados. El 24 de febrero comenzó la invasión de Ucrania, por parte de la Federación Rusa. Solo entonces las puertas de Polonia se abrieron a los refugiados, pero únicamente de Ucrania.  Todos los refugiados ucranianos reciben automáticamente la residencia y permiso de trabajo en todos los países de la UE, a diferencia de los refugiados de otros países, que han esperado durante años para obtener lo que los ucranianos reciben inmediatamente. La mayoría de esos refugiados (no ucranianos) nunca recibirán siquiera un permiso temporal de trabajo en un país europeo.

Esta nueva guerra me sorprendió durante una visita a Cuba, donde estuve un mes, visitando distintas provincias y compartiendo muchas experiencias con campesinos y gente muy pobre. No hice turismo del que hace la gente rica, no me alojé en caros hoteles. Conviví con la gente que más sufre los efectos de la pandemia y el bloqueo económico de Estados Unidos. Sobre esas experiencias escribiré en otra oportunidad. Hoy quiero escribir sobre algo muy personal, pero que me gustaría compartir con mis lectores, por tener gran importancia. 

SOBRE MIS RUTINAS DIARIAS Y LA SALUD

Siempre he llevado una vida sana y durante los últimos tres años mucho más que antes. En Suecia se puede conseguir todo lo necesario para poder alimentarse bien y hacer ejercicios diarios. Yo estuve un mes allí en Cuba y no pude cumplir con mis rutinas diarias. Lo único que pude hacer fue caminar y a veces correr, pero nada de ejercicio ni alimentación ordenada. Esa fue la causa de haber enfermado de gripe, que duró muchas semanas. La última vez que estuve enfermo de gripe larga fue en Venezuela, por el mismo motivo. En esa época (hace ya más de 10 años) fue peor porque tuve fiebre, lo que no ocurrió esta vez. Eso indica que mi sistema inmune es mucho mejor ahora que hace 10 años. 

Voy a enumerar mis rutinas diarias, mejor dicho lo ideal. No las cumplo al 100 % porque es muy difícil hacer todas las cosas de la casa, preparar alimentos, etcétera, además de trabajar. Pero, salvo contadas excepciones (sobre todo cuando tengo momentos de depresión o exceso de trabajo) sigo mis indicaciones. Sé que para muchos, lo que hago es incomprensible, pero es la mejor forma de mantener buena salud. Durante toda mi vida he procurado cuidar bien mi salud, algo que he conseguido sólo durante los últimos años y más aún desde hace tres años. Voy mejorando mis rutinas, a medida que voy aprendiendo más. No se trata de algo elegido al azar ni por creer en algo, sino basado en estudios científicos y confirmado en la práctica diaria. En una entrada privada he escrito sobre esto, pero voy actualizando y adaptando mis rutinas, de acuerdo a nuevos estudios y experimentos.

Al levantarme, lo primero que hago es caminar y correr, luego saltar en un trampolín y hacer ejercicios en un aparato para brazos, piernas y abdomen. Esos ejercicios duran entre 15 y 25 minutos, no más. La finalidad de esto es activar el organismo, el apetito, limpieza de las vías nasales, etcétera. El resultado es fantástico, da mucha elasticidad y energía. Antes de esos ejercicios tomo un poco de aminoácidos de cadena ramificada en polvo, disueltos en agua (muy poca). Esos aminoácidos son buenos para disminuir la inflamación y la oxidación. Esto no es fácil de explicar, pero lo usan los deportistas de élite. Son, lamentablemente, muy caros, pero no absolutamente necesarios. Después de esos ejercicios suaves como algo de fruta. Por lo general una naranja y un plátano, pero también los puedo reemplazar por otras frutas, como kiwi, manzana, granada, etcétera. Lo importante es ingerir vitamina A y C, entre otras y algunos minerales como potasio, que hay en esos alimentos.

Luego me ducho, guardando la mayor parte del agua para reciclar. Después de la ducha continúo con la segunda parte de mi desayuno: mínimo un huevo (a veces dos) cocinados en agua, nunca en grasa de ningún tipo. Los mezclo con verduras que varían, puesto que no se puede comer demasiadas verduras al mismo tiempo: tomate, zanahoria, pimiento, calabacines, cebolla, patata, ajo, apio y muchas más. También le agrego sal (muy poca), pimienta, jengibre y tomillo. Además de esas especias hay otras cosas que uso, de vez en cuando. Primero le doy una corta cocción a las verduras (para que no pierdan muchas vitaminas) y luego les pongo el huevo. Finalmente, cuando el huevo ya está cocido con las verduras y he apagado el fuego, le agrego aceite de oliva. Puedo asegurar que es un desayuno muy saludable, pues contiene todas las vitaminas, minerales y antioxidantes necesarias. Es, además, muy sabroso. No hay casi nada tóxico. Lo único tóxico es una pequeña taza de café (no muy cargado) y muy poca azúcar. A veces tomo algunos suplementos para fortalecer más aún los nutrientes. Algunos de esos suplementos son cápsulas o pastillas de hierro, magnesio, potasio, levadura de cerveza (que contiene muchas vitaminas, más que nada del grupo B), caroteno, etcétera. La mayoría de esas cosas ya están en los alimentos, pero me gusta asegurarme de recibir las dosis adecuadas. Lo que yo no tomo en forma adicional son vitaminas, porque esas se encuentran con mucho más facilidad en las frutas y verduras. Desde hace más de cuarenta años no compro vitamina C, por ejemplo. Uno de los alimentos que nunca ingiero es la leche, por no ser necesaria.

Después trabajo en distintas cosas. En la medida que me alcanza el tiempo leo y escribo, veo noticias, etcétera. Si tengo horas libre de trabajo, de vez en cuando me relajo viendo alguna película o escuchando música. Al mediodía vuelvo a combinar verduras con algún tipo de carne: carne de pollo, de vacuno, atún, caballa, salmón, etcétera. Consumo muy poca carne, en general, para evitar enfermedades cardiovasculares, gota y cáncer. A veces les agrego arroz o legumbres como frijoles, garbanzos, habas, etcétera, otras veces arroz. De esa forma se logra un almuerzo muy sano, sin exceso de grasas y de hidratos de carbono. Las legumbres contienen la mayoría de las proteínas. Por eso no es necesario comer mucha carne ni pescado, pero sí conviene ingerir algo de esos alimentos, una dieta completamente vegetariana no es buena para la salud. Hay algunas proteínas que no existen en las verduras ni legumbres. Los vegetarianos deben suplir la carencia de proteínas animales ingiriendo mayor cantidad de legumbrtes o algas.

Después de almuerzo continúo trabajando algunas horas. A veces consumo algunos frutos secos, como ciruelas, higos, nueces, pistachos, maní, etcétera. Todo eso en muy pequeñas cantidades y no a todas horas, mínimo dos horas de intervalo. Una vez al día también tomo una mezcla de cereales y semillas (nunca cereales elaborados). Ejemplo: semillas de chía, avena, polvos de cáñamo, linaza, sésamo, polvos de colágeno, polen de abejas, quinoa, miel, etcétera. A esta mezcla le agrego un poco de yogurt, a veces. 

Ceno muy temprano, si es posible lo hago entre las cinco y seis de la tarde. La cena se compone de ensalada, un poco de jamón, queso y algo de pan. Se trata de no comer muy tarde, para tener la mayor cantidad de horas posible sin comer, hasta el desayuno. Más tarde vienen los ejercicios fuertes, nuevamente correr o trotar. Luego vienen ejercicios con pesas u otros aparatos, un día ejercicios de brazos, otro día ejercicios de piernas y abdomen. Finalmente, estiramiento. Mínimo una hora y a veces hasta una hora y media para todos los ejercicios, muy variados. Un día a la semana descanso de esos ejercicios. Antes de los ejercicios, un poco de aminoácidos. Después de los ejercicios, una mezcla de sustancias que hacen recuperar los músculos:  creatina, glutamina, colágeno y algo de harina de almendras, harina de coco y una pizca de miel. Esta mezcla es una cantidad muy pequeña, para permitir una buena digestión. Todas esas cosas son buenas para la regeneración de músculos y el fortalecimiento de piel y uñas. 

Yo sé que eso es casi imposible hacerlo en otros países, sobre todo en paises menos desarrollados, ni siquiera en Suecia o en otros países desarrollados. La sociedad de consumo y la enomre ignorancia con respecto a una buena salud ha saturado el mercado con cosas totalmente innecesarias y nocivas para la salud. Más del 90 % de las cosas que se venden en los supermercados, panaderías, cafeterías, restaurantes, etcétera, son nocivas para la salud. La gente paga por verdaderos venenos para el organismo, como son todas las bebidas alcohólicas, todas las bebidas gaseosas o similares, mermeladas y todas las cosas de reposterías (que se deberían consumir solo en cantidades pequeñas y muy esporádicamente). Si la gente supiera elegir (y si los alimentos estuvieran a la disposición de todos, a bajos precios) las enfermedades disminuirían en más de 95%. Casi no habría diabetes, arteriosclerosis, gota, enfermedades cardiovasculares, enfermedades infecciosas, resfriados, cáncer y muchas más. 

Mi forma de vivir y los resultados que gente que me conoce ha visto, es muy sana. Uno de mis grandes sueños es que toda la gente, en primer lugar, quienes son importantes en mi vida, amigos y familiares. puedan lograr una vida sana. Pronto voy a cumplir 74 años y tengo mejor salud que una persona de 30. Tengo más fuerza y agilidad que cualquier persona de mi edad. Seguramente hay personas de mi edad que ouedan decir lo mismo, pero no pueden ser muchas. No tengo enfermedades que tiene la mayoría de la gente que es mucho menor que yo. Puedo caminar y correr largas distancias (muchos kilómetros) sin cansarme y puedo trabajar días enteros sin que disminuya mi rendimiento físico ni mental. 

Antes he compartido estas cosas con mis familiares más cercanos. Pero hoy he querido compartirlas con todos mis lectores. Les aseguro que es una muy buena forma de lograr buena salud, armonía y paz espiritual. Me he remitido a las rutinas ue tienen que ver con alimentación y ejercicios físicos. Explicaciones de por qué estas rutinas se podrán encontrar en entradas, en mi blog de salud. El enlace correspondiente se hará cuando esas entradas hayan sido publicadas.

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