CREER O NO CREER, ÉSE ES UN GRAN DILEMA

Entrada comenzada el 19 de octubre, actualizada el 20. No terminada.

Creer o no creer en lo que dicen otras personas, especialmente de quienes están más cerca de nosotros en el aspecto sentimental (e incluso familiar), es uno de los grandes dilemas de nuestro tiempo. Creo que siempre ha sido así. La mentira y el engaño han existido desde tiempos inmemoriales. No es fácil confiar ni siquiera en alguien a quien cremos conocer mucho. Muchas guerras y conflictos de toda naturaleza son causadas por la mentira. Muchas enemistades han sido provocadas por mentiras, las que también pueden inducir a malas interpretaciones, resquemores y hasta rencor entre muchas personas hasta llevar a acciones violentas, incluidos los homicidios.

Hay muchas clases de mentiras, desde las llamadas piadosas, por broma o inocentes, hasta las más crueles y malintencionadas, como las calumnias. Muchas veces se miente para hacer creer a otros que se es mejor o superior. Hay gente que acostumbra a alardear sobre lo que hace, exagerando al narrar algo. A veces ese tipo de mentiras van acompañadas de convicciones erróneas sobre la propia capacidad. Es típica la creencia, por ejemplo, de la mayoría de conductores, que nadie más sabe conducir mejor que ellos. Todos los demás conducen mal y cuando se tiene un accidente siempre es culpa de otros conductores o de otros factores como el estado del tiempo, el estado del camino, etcétera. Es típico oír decir que «me chocaron». Rara vez o casi nunca se oye decir «fué mi culpa». Recuerdo el accidente que tuvo un amigo mío hace unos años. Una mujer no le cedió el paso cuando él iba por un camino principal y los vehículos colisionaron en una intersección. Cuando mi amigo le pidió firmar el formulario para enviar la denuncia al seguro, la mujer dijo que esperaría a que llegara su padre, que le serviría de testigo… no aceptaba ser culpable del accidente y además quería tener como testigo a una persona que estaba en otro lugar, muy distante del accidente. Vamos a analizar distintos tipos de mentiras, sus causas y sus consecuencias.

También se miente mucho para hacer bromas. Es algo que puede ser divertido pero si no se tiene suficiente cuidado las bromas se pueden tomar en serio y producir malos entendidos. Si se miente en broma debe hacerse por muy corto tiempo y aclararlo bien para no producir un efecto negativo. También hay que tener mucho cuidado en el tipo de broma, su grado de peligroidad si se toma en serio por la persona a la que se miente. Además hay personas muy sensibles que reaccionan mal, aunque se les aclare que se trata de una broma.

Mentiras piadosas: aquellas que se dicen para evitar que alguien sufra. También es una mentira ocultar información sobre alguna enfermedad, con el mismo objetivo. Son mentiras que se pueden comprender y aceptar hasta cierto punto, dependiendo de las consecuencias que se pueden derivar de las mismas. Muchas veces callamos sobre alguna enfermedad o dolencia o sobre cosas desagradables que nos pasan. No queremos hacerle daño a alguien que se puede preocupar por nosotros. En ese caso se justifica la mentira hasta cierto punto. Pero no conviene hacerlo por mucho tiempo porque se puede producir esa cadena de acontecimientos que llevan a nuevas mentiras, lo que a la postre puede ocasionar rencillas o malas interpretaciones. Producto de eso se puede perder la confianza. No es fácil creer en una persona que haya mentido, aunque lo haya hecho con buenas intenciones.

Mentiras no peligrosas: todas aquellas mentiras que tienen como finalidad resaltar la propia capacidad y/0 valores morales pero que no tienen la intención de dañar a alguien. Recuerdo que cuando tuve una esposa española, ésta hizo una buena definición de un colega de su misma nacionalidad. Lo llamó «fantasmita». Eso porque era el típico machista conquistador que no podía ver una mujer sin pensar acostarse con ella. Para él todas las mujeres eran presas de caza y había que seducirlas. Y tenía suerte, porque lograba sus objetivos muy a menudo. Las envolvía con comentarios sobre su increíble capacidad de realizar hazañas en las situaciones más difíciles. Era el mejor en todo y no temía miedo de nada. Era una especie de «superhombre» e inventaba muchas aventuras en las que siempre ganaba o salía bien parado, dejando en ridículo a sus supuestos rivales o enemigos. Hacía comentarios soeces como «aquí huele a hembra» si había una mujer en las cercanías, si importarle siquiera que su marido estuviera presente. Más tarde supe que tenía una enfermedad que lo limitaba a la hora de intimar con alguna mujer. El deseo de conquista permanente era una forma de compensar su inseguridad y su deficiencia sexual. Como este triste personaje hay mucha gente que inventa cosas constantemente, sin pensar que cualquiera se da cuenta de que están mintiendo. El problema para esa gente es que cuando dicen algo que puede ser verdad, ya no se le cree.

Mentiras relativamente peligrosas: aquellas que se utilizan para engañar a otras personas  en el aspecto sentimental, en el aspecto económico para sacar un provecho, o para desplazar a otra persona, por ejemplo de un trabajo, para lograr un beneficio personal. Hay mucha gente que tiene como costumbre burlarse de otras personas o beneficiarse a su costa. Vamos a dividir este tipo de mentiras en tres:

1.- Engaños sentimentales: 

Aquí también se puede aceptar, en algunos casos, que se recurra a la mentira para no ocasionar tristeza. Supongamos una pareja que lleva bastante tiempo viviendo una vida en común, casados o convivientes. Todas las parejas tienen problemas que se pueden sobrellevar si hay suficiente tolerancia, respeto y otras cualidades necesarias para mantener una relación estable. Pero en la gran mayoría de los casos surgen problemas graves que van separando a los miembros de la pareja. Finalmente se llega a un estado en que ambos o uno de los dos ya no soporta al otro. Pero hay una serie de aspectos que los sigue uniendo y no se da una ruptura clara o definitiva. Se sigue soportando situaciones desagradables, hay discusiones fuertes, con insultos y en algunos casos  (lamentablemente muchos) se llega a utilizar violencia (recomiendo leer mis artículos sobre la FAMILIA, en los que se describen muchas causas de ruptura de las relaciones). En una situación como ésta es fácil que una de las dos personas se fije en otra y que poco a poco surja el amor entre ambas. ¿Qué se encuentra en la otra persona? Tal vez hay comprensión, a veces hasta compasión. Tal vez atracción sexual. Tal vez sólo deseos de estar juntos, de compartir lo que no pueden compartir con su pareja, de simplemente reír o disfrutar juntos de algo nuevo, de una buena companía, no necesariamente de algo sexual. A veces no se llega muy lejos en la relación, puede ser algo que nunca se concreta porque está presente la antigua relación, están los recuerdos, el arrepentimiento, el sentimiento de culpa, etcétera. Pero a veces es imposible evitar que se llegue a algo más íntimo, algo que puede ocurrir sin que se haya planificado, algo que sólo guían los sentimientos, más que la razón. Entonces se presenta el problema de hablarlo con la pareja o callarlo. La inseguridad se apodera de la persona que deja de ser «fiel». Se teme hacer daño a la persona con la que se ha mantenido la vigente (oficial) relación. Se teme una reacción brusca, incómoda, violenta. Hay miles de novelas que narran situaciones como ésta. Y son millones los casos de la vida real en que esto sucede. ¿Debilidad humana? ¿Inmadurez? ¿Deslealtad? ¿Infelicidad? Pueden ser muchos los factores y no se puede juzgar muy facilmente esas conductas. Por lo demás, cada cual es dueño de hacer lo que quiera con su vida. Lo importante es ser capaces de afrontar la realidad apenas una situación similar se presenta. Antes de que eso suceda, si nos damos cuenta de que una relación no funciona, que se pierde el cariño o el amor, es mejor buscar una solución o separarse. No hay que esperar a que se presente una situación en la que se pueda ser acusado de desleal.

Muchas veces, en el aspecto sentimental, no hay sinceridad. Puede ser al comienzo (o amago de comienzo) o al término de una relación. Se juega con los sentimientos de otra persona. Se le promete una y mil cosas, sin llevarlas a la práctica. Se sigue afirmando e insistiendo que se quiere, que se ama y se desea, cuando la verdad es que no hay el más mínimo interés por la otra persona. El juego puede durar mucho tiempo, si una de las dos realmente se enamora o siente mucho cariño por la otra. Cuando se es adolescente es normal que los muchachos y muchachas no puedan definirse, que les gusten dos o más personas al mismo tiempo. En una época de experimentación, de prueba. Sin embargo, hay personas que llegan a la adultez y siguen comportándose como adolescentes, sin importales el sufrimiento psicológico que puedan ocasionar.

1.- Mentiras para engañar a alguien y sacar provecho económico:

Mucha gente tiene por costumbre aprovechar cualquier oportunidad de aprovecharse de la buena voluntad de otras personas. Esos engaños se llevan a cabo de muchas maneras y van desde pequeñas sumas de dinero hasta todo lo que pueda tener la persona que se descuida. Es una forma de robar o asaltar sin aplicar violencia. Los métodos pueden ser también muy variados, desde pedir un préstamo que se sabe de antemano nunca se va a devolver hasta los chantajes  si se ha tenido la suerte que la víctima haya firmado documentos para poner propiedades o empresas a su nombre. Aquí están incluidas las estafas, venta de propiedades con títulos falsos u obtenidos de forma irregular.

Mentiras peligrosas:  aquellas que se utilizan para estafar a gran escala o para llevar a  cabo otros delitos graves. Aquí se incluye la manipulación de la información y las calumnias para dañar la imagen de otras personas, de grupos políticos o sociales, de gobernantes o dirigentes de movimientos sociales, etcétera.

Una de las consecuencias de la mentira es que la primera conduce a otra y luego a otra, hasta forma una cadena. Se empieza por algo que se considera como la mentira perfecta. Pero casi siempre surgen factores que obligan a la persona que miente a decir la verdad. Pero el temor a un castigo, la vergüenza u otra causa inducen a seguir mintiendo. Y se cae en una espiral que nunca termina. Muchas veces se llega a producir la enfermedad conocida como minotamía o mentira patológica. Sin embargo, la mayoría de las veces las mentiras son descubiertas.

Continúo esta entrada apenas sea posible. El tema es muy largo e interesante.

Antes de terminar por hoy quisiera citar una frase del poeta inglés Alexander Pope: «El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera«.

ENLACES:

¿POR QUÉ SE MIENTE? Interesante estudio de cómo se miente, desde que somos niños.

MENTIRA Y AUTOESTIMA. Otros interesantes puntos de vista, que resaltan la inseguridad de muchas personas que recurren a la mentira para aparentar ser mejores ciudadanos o más cultos.

ENTRADA EN PROCESO DE ELABORACIÓN.

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Una respuesta a CREER O NO CREER, ÉSE ES UN GRAN DILEMA

  1. Muchas gracias por citar mi blog, y quedo a la espera de la finalización del artículo completo.

    Saludos y gracias!
    PLPLE

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