Artículo escrito ayer, 4 de junio. Hubo sol, pero se escondía a ratos. Hizo frío. Hoy pasó lo mismo algunos chubascos y el cielo despejado a veces. Viento frío por las mananas y por la tarde.

Por fin brilla el sol en Estocolmo, desde muy temprano. Ya no hace frío y el aire parece muy saludable, aunque se ven nubes a lo lejos. A medida que pase el día, empezará el ataque de polen.

No fue buena idea la de instalar una cocinilla en la habitación (que es dormitorio, oficina, comedor, trastero y muchas cosas más). La primera comida que preparé allí será la última, porque el aire se encierra y toda la ropa y cualquier utensilio  huele a comida. La habitación no tiene ventilación; las ventanas están selladas para evitar que alguien olvide cerrarlas y puedan entrar los ladrones o activar la alarma, sólo por la presión del aire. La única forma de renovar el aire es a través de los pasillos pero no es suficiente, a pesar de dejar la puerta abierta. Además, con la cocinilla dentro es mucho más difícil moverse entre todas las cajas, mesa, silla, tendederos de ropa, la hamaca, etc. Cada vez que se va a buscar algo se tarda mucho y a veces no se encuentra el objeto requerido. Los quince metros cuadraros no son suficientes.

El organismo avisa cuando algo no está bien. Cuando se hace un esfuerzo extra o cuando se ejercita más de la cuenta, alguna articulación dice: «basta». Y hay que saber escuchar. Por eso esta mañana tuve que interrumpir el entrenamiento cuando una rodilla empezó a dar señales de molestia. Fue cosa de sólo un momento. Dejé la bicicleta e hice otros ejercicios para hacer descansar la rodilla. Después de 20 minutos pude trabajar con las piernas, sin problema alguno. Pero si no se hace caso a las señales de alarma del cuerpo, se puede ocasionar daños difíciles de reparar.

La lectura de hoy fue muy corta, por tener que dejar la bicicleta a mitad de camino. Pero tuve tiempo para reflexionar sobre los autores de la Enciclopedia. Todos ellos pertenecían a las clases sociales privilegiadas, pero se atrevieron a cuestionar la sociedad del antiguo régimen absolutista y feudal. Sin embargo, estaban muy lejos de poder plantear una solución a los problemas sociales. Sólo se limitaron a criticar lo que ellos consideraban vicios o injusticias. Algunos se atrevieron a imaginar una sociedad distinta, pero sin abandonar los valores morales heredados de la férrea educación religiosa que se impuso por la fuerza hace muchos siglos. De ahí que se cometieran todos los errores que se cometieron después, tanto durante como después de la Revolución Francesa. Y de ahí también las consecuencias que se arrastran hasta nuestros días.

He escrito algunos artículos sobre el entrenamiento en el gimnasio, que he puesto en mi blog de salud y que se pueden leer  en los siguientes enlaces:

APRENDER A ENTRENAR EN FORMA CORRECTA

PRECALENTAMIENTO

ENTRENAMIENTO DURO O EFECTIVO

ESTIRAMIENTO

RELAJACIÓN Y RESPIRACIÓN

POR QUÉ ENTRENAMIENTO EN EL GIMNASIO

Mi idea, cuando empecé a trabajar de nuevo, el año pasado, era entrenar dos o tres días a la semana. Pero necesitaba un lugar donde ducharme, puesto que no tengo ducha en mi vivienda provisoria. Por ese motivo empecé a entrenar todos los días, probando distintas formas de entrenamiento, hasta que logré planificar un día para el entrenamiento duro o efectivo y un día para el entrenamiento de la condición física. En el primero se trata de trabajar con todos los músculos, utilizando aparatos o pesas. En el segundo se trata de quemar calorías, sólo haciendo bicicleta, remos, correr, etc. Sin haberlo planificado desde un principio logré hacer un plan de entrenamiento muy útil, que me ha hecho sentirme mucho mejor que nunca. A veces son las circunstancias de la vida las que nos empujan a adaptarnos, lo que implica nuevas formas de organización, nuevas costumbres, nuevos modos de vida, etc. Ahora quisiera compartir mis experiencias y ayudar a  mucha gente que necesita cambiar sus rutinas diarias y mejorar sus condiciones de vida. Por eso he comenzado con los artículos en el blog de salud. Espero lograr ese objetivo, uno de tantos que tengo en mente.

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