En estos tiempos de pandemia, cuando las autoridades sanitarias y los gobiernos hacen esfuerzos inauditos para evitar los contagios y las muertes, hay gente que no demuestra respeto por nadie y llega a actuaciones tan absurdas que originan solo repulsa, para mí es una forma de degradación humana, el colmo de la estupidez. El pedir perdón no sirve de nada cuando lo que se ha hecho era un acto consciente.
Invito a mis lectores a ver el vídeo que sale en el siguiente artículo de PÚBLICO.