En algunas épocas la concentración de polen en el aire aumenta en forma desmedida. Es lo que ha ocurriodo este año. En Estocolmo no se había registrado tal concentración desde hace muchos años (ver noticia en sueco). Casi todas las plantas y arboles han florecido, como en una especie de bomba atómica en cámara lenta. En pocos días los colores grises y verdosos han sido reemplazados por un enorme colorido de flores. Da la impresión de que un ejército de artistas plásticos hubieran pintado todos los árboles, arbustos y la tierra, cambiando el paisaje en sólo una semana. Hay colores vivos, desde el blanco puro, el rosado y amarillo en las plantas grandes. En la tierra se mezclan los azules, rojos y violáceos. Las distintas variedades de flores de manzanos han destronado a las primeras flores de los cerezos. Es un concierto ininterrumpido de colores que se suceden continuamente. Es la primavera en su pleno apogeo.
Pero no todo es color de flores, que desde el punto de vista de la visión y la belleza es un gran beneficio. La vista se recrea con tanta variedad de colores en diversas tonalidades. Pero la parte negativa es el daño que ocasiona el exceso de polen en las vías respiratorias de millones de personas. Son cientos de miles de personas las que sufren de alergia al polen. Hay distintos grados de alergia. Algunos pacientes son más afectados por algunas plantas, otros son más afectados por otras. También los hay que son afectado por todas. Las farmacias hacen su «agosto» con la venta de medicamentos para mitigar los efectos de las alergias. También hay una gran cantidad de personas que no son afectadas en forma grave sino que sienten el peso del polen en la nariz, en la garganta y en la frente pero de una forma más soportable. A todos nos ocasiona dificultades para respirar, somnolencia y cansancio; a veces fuertes dolores de cabeza. Es lo que me ha ocurrido durante los últimos días. Solo ayer se pudo sentir que la concentración de polen había disminuido. Pero es como una marea, que baja y sube. En dos oportunidades debí tomar algo para el dolor de cabeza. Es el precio que se paga por admirar la fiesta de colores que nos brinda la naturaleza (ver, polen).
Hoy controlé mi peso, que no hacía dese hace tiempo. Peso exacta,ente 80 kilos, lo mismo que pesaba hace un mes. Creo que se ha estabilizado y no bajará ni aumentará si continúo entrenando todos los días. Nunca había pesado tanto. Lo máximo que llegaba era a 78 kilos, pero con un estómago prominente. Ahora casi no tengo bulto en el estómago. No sufro de exceso de peso porque no tengo grandes cantidades de grasa. Tengo un compañero de trabajo que pesa 89 kilos y es más bajo que yo. Pero tampoco sufre de sobre peso pues tiene una gran masa muscular.
De acuerdo a las tablas de peso de dietistas y médicos mi peso debería ser de máximo 72 kilos, lo ideal 65. Pero no estoy de acuerdo con ellos, porque depende de qué tipo de tejidos tiene una persona y qué tipo de actividad física tiene cada uno. Así es que seguiré con mis 80 kilos. La posibilidad de sufrir de arterioesclerosis, altos niveles de colesterol o diabetes son remotas en mi caso puesto que quemo muchas calorías diariamente. Además, en el caso de enfermarme y deba tomar antibióticos, tengo reservas suficientes para recuperarme pronto.
Lo anterior es algo que he intentado explicar a muchas personas que se desesperan porque aumentan un poco de peso extra. Y se desesperan más aún cuando intentan tomar medidas para bajar de peso y no lo logran; al contrario, suelen aumentar más de peso. Lo mejor es llevar una visa sana y muy activa (para lo cual recomiendo entrenar muy a menudo) sin privarse de muchos alimentos que son deliciosos. Lo importante es no abusar de las grasas y de los hidratos de carbono, la sal y el azúcar.